“Habré hecho cuatro o cinco paseíllos en Vic, una feria que marca el torismo en Francia, es la plaza torista por antonomasia. El principal protagonista es el toro, primero anuncian las ganaderías y luego a los toreros. Ante eso, soy consciente de la seriedad del toro pero un triunfo allí tiene recompensa. En España no sucede eso, pero allí te repiten como es mi caso: el año pasado corté una oreja y este año estoy anunciado de nuevo. Son unos enamorados del toro y se sienten orgullosos de ese carácter torista, quieren ver el espectáculo entre el toro y el torero, entre el toro y el picador, le dan suma importancia al tercio de varas más que a la parte artística o estética del toreo. Valoran fundamentalmente que el torero se acabe imponiendo al toro. Llego a Vic con ilusión, ganas y deseo, cada año voy mejorando en conocimientos, técnica y oficio, ahora mismo el toro no me está pesando”.
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