La Revolera

Seis mulos con cuernos

Paco Mora
lunes 09 de abril de 2012

Seis  bueyes con buenas cajas y mejores arboladuras corneas, pero huecos como buñuelos de viento. Sin bravura, sin casta y lo que es peor sin un mínimo de genio…

Seis  bueyes con buenas cajas y mejores arboladuras corneas, pero huecos como buñuelos de viento. Sin bravura, sin casta y lo que es peor sin un mínimo de genio que obligara a pegarse el arrimón aunque sólo fuera para defenderse. Una manera como otra cualquiera de robarle al público la ilusión de una tarde tan esperada, y a los toreros una gran oportunidad de soltar su “quiquiriquí” definitivo en el corral venteño del que tantas veces han salido triunfadores, a costa de jugarse la vida con corridas de las llamadas duras, pero que no son tales sino simplemente corridas de toros para toreros recios, y no de mulos con cuernos, que ni chicha ni limoná, mortadela ni pan pringao. ¡Cómo me acordé de Tomás Sánchez Cajo! Aquel ganadero albaceteño, capaz de desuncir un buey del arado y echarlo a una plaza de toros diciendo: “Este morirá con música” Bueno pues hasta aquellos bueyes desertores del arado eran mejores que los de esta tarde en Madrid.

Moraleja: Con seis cuadris, victorinos, aguirres y hasta miuras, a la hora de escribir este desencantado billete, Mora y Fandiño irían en hombros por la calle de Alcalá. ¡Ay si hubieran seguido con las corridas aptas sólo para quienes quieren ser toreros de leyenda…! Porque entrar en el circuito del monoencaste tiene eso, que te puedes quedar en un pega pases cualquiera, siempre que te pongan en las ferias porque a los empresarios les dé por concederte la categoría de figura. De pitiminí, en muchos casos…

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