BENLLOCH EN LAS PROVINCIAS

Téllez y Lorenzo firmaron lo mejor

José Luis Benlloch
domingo 17 de julio de 2022
Jesús Duque sufrió una tremenda cogida sin mayores consecuencias

No hubo gracia o al menos no la gracia necesaria para hablar de una tarde de triunfos en la tercera de feria. No quiere decir que no pasasen cosas de gusto e interés que picaran en el paladar de los buenos aficionados y matices de los que vale la pena tener en cuenta en el futuro para atacar o para retroceder. El buen concepto y la firmeza del debutante Téllez, torero de plantas asentadas y encomiable tendencia a vaciar las embestidas despaciosamente y atrás, fue una de ellas, curiosamente el único de la terna que no cortó oreja; el buen toreo de Álvaro Lorenzo, que lució especialmente en el arranque de faena al quinto, también merece reconocimiento; las ganas y la falta de oficio de Duque que a la postre acabaron generando impericia y un gran susto, felizmente solo susto, fue otra de las etiquetas del festejo.

La corrida de Fuente Ymbro tuvo nobleza, bravura y no mucha suerte

Hubo más, por ejemplo un puyazo magistral, el puyazo de la tarde, diría que de la feria, de Marcial Rodríguez en el sexto, un momento de los que te reconcilian con la suerte de varas tantas y tantas veces trámite funcionarial que te hace considerarla como prescindible, hasta que llegan momentos como el de ayer y te vuelves a enamorar. Fue un hermoso y bizarro pulso. Bravo el toro que embistió con fijeza metiendo los riñones; valiente el caballo que se mantuvo en pie contra aquel huracán que se le había venido encima; y definitivo el jinete, brazo de hierro en el manejo de la vara y buen gobierno en la mano izquierda que a la postre es el puesto de mando en esa suerte. Sucediendo como les he contado comprenderán que el varilarguero se llevase una de las ovaciones de la tarde. Y no sería justo olvidar el excelente juego del toro quinto ni la gran clase, excesivamente edulcorada del segundo de la tarde, demasiada miel, o el brío del que rompió plaza o del jabonero cuarto por mucho que de una corrida de Fuente Ymbro siempre se espera más, dio argumentos para que cuajasen una buena tarde. De la misma forma que Curro Javier, Alberto Zayas y Andrés Revuelta banderillearon con exposición y brillantez. Pues a pesar de todo lo contado la tarde nunca acabó de levantar el vuelo, sería por el calorazo tremendo que convertía en héroes a los espectadores del sol y aplatanaba a unos y otros; sería por el recuerdo de las desbocadas emociones de la víspera, ya se sabe que las comparaciones siempre son odiosas, sería, sería… sería por lo que fuese pero no fue.

Jesús Duque, elegante en el porte, que compareció de riguroso luto, catafalco y azabache, en homenaje a la madre fallecida, no tuvo su tarde. Acusó la inactividad en uno y en otro, le presionaron los nervios, le engancharon mucho los engaños que es la peor de las cuestiones para domeñar a los bravos por nobles que sean y se le fue torciendo la tarde hasta sufrir una espeluznante voltereta de la que escapó con solo magulladuras. Después de eso por si alguien lo dudaba ¡ay Dios! De ese cuarto, espectacular jabonero, le concedieron una oreja que él debe valorar en lo que vale.

Marcial Rodríguez nos reconcilió con la suerte de varas

Lorenzo abrió su tarde con un excelente toreo de capa. Su primer fuenteymbro tuvo mucha clase y poca fuerza. Mucho almíbar y poca emoción, tanto que pedía torearlo con la zurda cual si fuese de salón como consiguió por momentos. En esos casos la responsabilidad de la emoción queda exclusivamente en manos del torero y eso que parece ventaja no está al alcance de todos. Ya quisieran/quisiéramos. El arranque a su buen segundo fue de cante grande y la faena reunió momentos muy buenos con otros que hacían que bajase el rango.

El tercero fue un toro mentiroso. Embistió codicioso de salida, con el rabo empinado, comiéndose el mundo, se engallaba, acudió raudo al piquero, embistió fuerte en banderillas. Dos derechazos lentos y muy asentados de Téllez hicieron pensar en lo mejor pero se paró, se rajó, definitivamente no era bravo, solo era un farruco. El que no se rajó en toda la tarde fue su matador que arrancó en el sexto, otro toro tan enclasado como apagado, directamente sobre la zurda. Al toro le faltó vida y Téllez muy metido, muy centrado, toreó reunido y entregado. Dejó claro que quiere y puede ser torero caro.

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