Puso alto el listón de la tarde Trallador, de Domingo Hernández, un primer novillo de una clase infinita. Embistió con profundidad, ritmo y calidad, extraordinario el pupilo de Justo. Antonio Grande no se guardó nada de su repertorio capotero, muy variado. La faena tuvo ligazón y temple, especialmente en redondo, ante un novillo que hacía el avión y repetía sin descanso. El espada salmantino lo exprimió sobre ambas manos. Un pinchazo sin soltar previo a una gran estocada no le impidió que fuera premiado con las dos orejas. El novillo, de justicia, fue reconocido con la vuelta al ruedo.
Una oreja sumó del cuarto tras una faena de mucha entrega y querer. Fue éste un novillo manejable pero más áspero en su embestida, soltando la cara. Antonio Grande, que toreó bien de nuevo con el capote, temple tuvieron las verónicas de salida y temple tuvo el quite por chicuelinas, se mostró dispuesto en una labor meritoria y en la que tuvo que poner mucho de su parte. Mató de una gran estocada entera como colofón a su actuación.
Manuel Diosleguarde sorteó por delante a un utrero con el hierro de Garcigrande. El joven espada salmantino anduvo solvente y firme ante un utrero que desarrolló nobleza y obediencia pero al que le faltó mayor recorrido y transmisión. Un punto alto de agujas, le costó humillar dentro de que resultó manejable. La primera parte del trasteo fue más paciente, haciendo al toro, mientras que el epílogo hubo mayor exigencia por parte del novillero. Mató de un notable espadazo, siendo reconocido con las dos orejas.
Manuel Diosleguarde se repuso con carácter y buen toreo al susto inicial. A la salida de la primera tanda, el torero le perdió la cara al novillo, que le hizo hilo, volteándolo de fea manera. Sin mirarse, Diosleguarde se puso a torear, cuajando a un novillo que fue tan bueno como exigente. El espada salmantino supo buscar y extraer el bravo fondo del utrero de Domingo Hernández. Diosleguarde tiró de la embestida con profundidad, temple y gobierno. Muy centrado y serio. Rotunda actuación rematada de una estocada entera. Fue premiado con una oreja.
José Manuel Serrano paseó una oreja del novillo de su debut con caballos. El utrero de Domingo Hernández fue el ideal para una presentación, tuvo temple y nobleza. El vallisoletano vio las virtudes de su oponente y le brindó a su abuelo, presente en el tendido. Serrano anduvo muy dispuesto en una faena entregada y firme. Se atascó con el descabello, reduciendo el premio a una oreja.
Frente al sexto, de Domingo Hernández, José Manuel Serrano volvió a estar dispuesto y con las ganas del debut. El novillo tuvo más matices y exigía llevarlo a media altura. Por momentos lo entendió así el joven vallisoletano en una labor de más voluntad que brillantez. Dio la cara el deburante. Se atascó con el descabello, sufriendo tras un arreón del novillo un fuerte golpe contra el suelo. Se repuso hasta acabar con él, saludando una cariñosa ovación a su esfuerzo.
Guijuelo, sábado 31 de octubre de 2020. Novillos de Garcigrande (2º) y Domingo Hernández (1º, 3º, 4º, 5º y 6º). El primero, Trallador de nombre, número 53, extraordinario, premiado con la vuelta al ruedo. Antonio Grande, dos orejas y oreja; Manuel Diosleguarde, dos orejas y oreja; y José Manuel Serrano, que debutó con picadores, oreja y ovación con saludos tras aviso. Entrada: lleno de “No hay billetes” dentro del aforo permitido. Antes de arrancar el paseíllo sonó el himno de España y antes de romperse el mismo se guardó un minuto de silencio en memoria de las víctimas del Covid-19. El Ayuntamiento entregó un jamón de Guijuelo a los tres novilleros así como al ganadero del festejo antes de que saliera el primero de la tarde. Saludó en banderillas en el sexto Rubén Sánchez.
