ENTREVISTA
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Tomás Rufo: “Igualar los triunfos diarios de mi primer año de alternativa es casi imposible o impensable”

Maribel Pérez
sábado 23 de diciembre de 2023
Fue Príncipe de Sevilla por segundo año consecutivo y cortó orejas en casi todas las plazas de primera que pisó en 2023. Se justificó en San Isidro para reencontrarse con Madrid en Otoño. Así juzga Tomás Rufo su segundo año de alternativa

Confiesa que igualar el alto listón de 2022 saliendo en hombros día sí, día también, es “casi imposible o impensable”. Y que este año habrá gente a quien “haya sorprendido o defraudado”. Fue Príncipe de Sevilla por segundo año consecutivo y cortó orejas en casi todas las plazas de primera que pisó en 2023. Se justificó en San Isidro para reencontrarse con Madrid en Otoño, triunfando en Nimes, Pontevedra, Valladolid, Santander y puntuando en Pamplona, Illumbe o Zaragoza. Así juzga Tomás Rufo su segundo año de alternativa.

-¿Cree que para el público ha satisfecho las expectativas en 2023?
Habrá gente que piense que sí, y gente que no. Yo desde luego sigo mi camino. Lógicamente lo que pasó en mi primer año de alternativa es casi imposible o impensable, porque salir todos los días a hombros con tres o cuatro orejas, es algo que en algún momento tiene que parar, pero por naturaleza. No pueden saltar toros de dos orejas todos los días. Este año ha habido tardes muy importantes, he cortado a muchos toros dos orejas, he salido muchas tardes a hombros… Por eso habrá gente que esté contenta, otros que no, o incluso que le haya defraudado o sorprendido otra vez… No sabría responder. Lo que sé es que sigo mi camino, y con la misma ambición, ilusión y el mismo sacrificio que siempre para ser figura del toreo.

-De la Puerta del Príncipe al reencuentro con Madrid en Otoño, ¿ha hecho la temporada que quería hacer?
Ha sido un año muy importante en el que pasaron cosas muy buenas. Siempre se sueña con conseguir muchas más, pero con el triunfo de Sevilla, con mi paso por la Feria de Otoño, con Illumbe, Nimes, Pontevedra… creo que ha sido una temporada muy positiva con cosas muy importantes y sin ser la que yo soñaba, poco a poco voy dando pasos para conseguirla.

“Tras San Isidro, mis apoderados me plantearon ir a Otoño y el primero que quería ir era yo porque nunca rehuyo de Madrid, ya me exijan más o menos”

-Entonces, ¿qué le ha faltado a su temporada?
He toreado treinta corridas de toros, estando en todas las ferias y en carteles muy buenos. Pero lo que echo en falta, y esto es cosa mía, no es culpa de nadie, y ojalá me llegue este año, es cuajar de verdad un toro de dos orejas unánimes en Madrid y poner a todo el mundo de acuerdo. Esa es mi única obsesión y eso entra por la vía del toreo, y no entra por otra vía. Lo estoy deseando y con paciencia, ambición, sacrificio y afición, llegará.

-La oreja de San Isidro no tuvo el beneplácito de algunos, sin embargo en Otoño se reencontró con Las Ventas. ¿A qué le supo esa reconciliación?
-Siempre es un placer torear en Madrid y este San Isidro lo afrontaba como siempre, con muchísima ilusión y ganas de triunfar, pero las cosas no salieron como yo deseaba. La primera tarde corté una oreja a un toro de Garcigrande, pero había, no sé cómo llamarlo, mucha exigencia, por así decirlo, que en cierta medida es buena porque me hace sacar mi mejor versión. Luego mis apoderados me plantearon ir a Otoño y el primero que quería ir era yo porque nunca rehuyo de Madrid, ya me exijan más o menos. Y creo que en esa última tarde se dio una dimensión muy buena, e iba en un buen momento. Creo que Madrid y yo nos entendimos, ¿no? por así decirlo. Siempre se puede estar mejor, desde luego, pero creo que fue otro bonito reencuentro entre Madrid y mi concepto, y ojalá en el próximo San Isidro sea aún mejor.

-En Sevilla sí puso a todo el toreo de acuerdo abriendo la Puerta del Príncipe por segundo año consecutivo.
-Era mi último cartucho este año en Sevilla, porque dos días antes las cosas no terminaron de salir y salí a la plaza a darlo todo, a no dejarme nada dentro y mi única obsesión era cuajar los toros, matarlos bien y sobre todo dar una dimensión de ser un torero importante o de querer serlo. Y creo que esa fue la clave, olvidarme de querer cortar orejas para al final conseguir cortarlas porque si uno se obsesiona tanto, las cosas no salen. Sevilla siempre me ha acogido con mucho cariño y me han empujado. Ya lo vi en mi primera tarde que salí por la Puerta del Príncipe el año pasado. Ojalá pueda repetir todos los años un triunfo así.

-Logró cortar orejas en casi todas las plazas de primera que ha toreado este año.
-Pero eso es difícil en todas las plazas, no solamente de primera, pero cuando uno se mentaliza y se prepara tanto para estos compromisos las cosas salen. Cortar orejas en esas plazas tiene premio, salen contratos y para todas las plazas nos intentamos preparar de la mejor manera para obtener un triunfo y que la temporada siga. Ya no solo por el número de contratos, sino personalmente para seguir creciendo, que al final es lo importante.

“No pueden saltar toros de dos orejas todos los días. Este año ha habido tardes muy importantes, he cortado a muchos toros dos orejas, he salido muchas tardes a hombros… Por eso habrá gente que esté contenta, otros que no, o incluso que haya defraudado o sorprendido… Lo que sé es que sigo mi camino, y con la misma ambición para ser figura del toreo”

-Y con apenas dos años de alternativa, ¿qué lectura hace de 2023?
-Ha sido un año muy importante y creo que he conseguido posicionarme en un sitio muy bueno. Desde luego hay que seguir dando motivos todas las tardes para mantener esta posición en carteles con las figuras en prácticamente todas las ferias. Pero esto no lo regala nadie y tiene que ser tarde tras tarde dar un golpe sobre la mesa para conseguirlo. Pasando cosas importantes como en Sevilla, que ni me lo creía porque era mi segundo año de alternativa y una segunda Puerta del Príncipe para mí era impensable, pues con eso y con tan poco tiempo de alternativa, se pueden conseguir grandes cosas.

-En Fallas, la espada se llevó la puerta grande y en Castellón triunfó con fuerza.
-La de Fallas fue una tarde muy bonita, con una corrida de Jandilla que fue extraordinaria y pude cuajar mis dos toros. Mi segundo era de premio gordo, y lo pinché, pero esa tarde era mi arranque de temporada y creo que a partir de ahí el año fue positivo. Estoy muy contento de mi paso por Fallas y Julio, eché dos tardes importantes. Y en Castellón, justo venía del día anterior de Valencia que pinché ese toro, y ahí me volví a reencontrar con la espada y corté tres orejas de una buena corrida de Juan Pedro.

-Nimes, Pontevedra, Valladolid, Santander… ¿Qué otras tardes del año le dejaron huella?
-Ha habido tardes muy importantes sin haber cortado orejas. Por ejemplo, Albacete, donde cuajé un toro de Victoriano. Si no es el más rotundo de toda mi temporada, se acerca. Pero lo pinché con la espada. En Nimes sustituía a Morante y corté dos orejas a un toro de Victoriano. Luego fui a Madrid… Al final son rachas, donde uno lo ve más o menos claro.

“Cuando toreas a diario con las figuras tu único rival debes ser tú y competir todos los días contigo mismo. Eso es lo que a mí me sirve”

-¿Cuánto pesaba torear a menudo con una figura de la magnitud de El Juli, al que respondió cortando una oreja en Otoño en su adiós de Madrid?
-Para mí fue un lujo y un sueño hecho realidad estar presente en su última tarde en Madrid. El maestro siempre ha sido mi ídolo y desde que lo conocí, ya que nos apoderaba la misma casa, he visto que aparte de ser figura es una grandiosa persona que me ha ayudado mucho.

-Usted tiene el don innato del temple. ¿Cree que ha conseguido ser fiel a ese concepto a pesar de la exigencia que supone torear con las figuras a diario?
-Yo soy fiel a mi concepto, nunca he pensado cambiar. Cuando toreas a diario con las figuras tu único rival debes ser tú, y competir todos los días contigo mismo. Eso es lo que a mí me sirve, cuando estoy metido en mi burbuja y centrado en lo mío, ha sido cuando las faenas más rotundas me han llegado.

-¿Cuál es la meta para 2024?
-Pasar por las grandes ferias y sobre todo dar una buena dimensión. Seguir creciendo como torero para estar un pasito más cerca de ser figura del toreo, y eso se consigue ahora en invierno.

 

“Mi competencia es conmigo mismo

Tomás Rufo sabe calibrar la presión de torear a diario con las figuras con lo que él denomina “felicidad”. “La verdad, pesa. Si dice uno lo contrario miente, -afirma- porque te tienes que preparar al 200 %, pero me siento feliz porque es lo que siempre he soñado. Pero no debes competir con ellos porque es imposible, solo contigo mismo y desde luego arrear para querer ser el mejor”. En ello inciden sus apoderados, la casa Lozano: “Mi carrera es de las mejores planteadas. Son los mejores. Y a la vista está, ¿no? Si la máxima figura estaba junto a ellos, por algo es”.

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