BENLLOCH EN LAS PROVINCIAS

Tras la ilusión del arte, manda la guerra

José Luis Benlloch
lunes 12 de septiembre de 2022
Daniel Luque y Roca Rey han cambiado la tendencia de la temporada; el estilo aguerrido, el corazón encendido y la apasionada entrega le gana el pulso a la inspiración

Si se habla de estilos y tendencias, la temporada taurina ha dado un giro radical. Los focos del protagonismo viraron las últimas semanas del arte a la bravura. Nada ilógico, teniendo en cuenta que el gran público pide tensión. Así que donde no hace tanto mandaba el toreo de arte y el sentimiento, ¡el arte es la moda! repetíamos con frecuencia para alborozo de los aficionados más distinguidos y sorpresa general, y hasta se disculpaba el frecuente abstencionismo de los artistas, es ahora espacio ocupado por diestros de estilo aguerrido, pie firme y corazón encendido, gente de apasionada entrega un día sí y otro también. En ese campo dos nombres viven su momento dulce, no son los únicos pero sí los más evidentes, Roca Rey y Daniel Luque. No crean que les falta cabeza o ciencia, ni tampoco buenas maneras, sólo que en ellos la escenificación del valor va por delante de cualquier otras cualidades hasta eclipsarlas. Es como cuando se habla de la espada de Rafael Ortega y se acaba haciendo de menos la pureza de su toreo. Que nadie se rasgue las vestiduras por esa ascensión, nada apaga el fulgor de los artistas cuando encuentran la santa inspiración ni mucho menos los anula cuando se trata de toreros tan excepcionales como Morante, pero los agarrones (de momento a distancia, no son competencia directa, cuestiones de administración, se podría decir también de política taurina) está siendo cosa de esos dos.

Donde no hace tanto mandaba el toreo de arte y el sentimiento, es ahora espacio ocupado por diestros de estilo aguerrido, pie firme y corazón encendido. En ese campo dos nombres viven su momento dulce: Roca Rey y Daniel Luque

Ambos viven un momento de plenitud y martillean con apabullante continuidad el marcador de los éxitos, al punto que raro es el día que no salen en hombros. Los dos acumulan cifras de las que hacen pensar que los triunfos son baratos (hasta el mes de agosto, Roca llevaba toreadas 49 corridas y conquistado 106 orejas y 4 rabos; Daniel Luque 29 corridas, 61 orejas y 5 rabos, los dos con un porcentaje de trofeos que superan las dos orejas por tarde), pero de entre todos esos triunfos, en las últimas semanas ha habido especialmente dos de los que cotizan al final de temporada y marcan diferencias. Luque, citado por orden de antigüedad, lo firmó en Dax, seis toros de santacoloma (La Quinta) para él como único espada, siete orejas, un rabo y un toro indultado; el suceso de Roca Rey tuvo lugar en Bilbao, plaza del máximo rango, tres orejas y alguna más que se quedó en los pliegues particularísimos del presidente Matías, dos faenas heroicas, dos cogidas espeluznantes, un paso por la enfermería entre un toro y otro con una acongojante espera ¿saldrá, no saldrá? en un todo escénico que puso a prueba los corazones de muchos aficionados. 

ESPECTÁCULO Y RECURSOS

La comparativa entre ambos daría para muchas tertulias y análisis sin que seguramente se llegase a un acuerdo total. Más allá de su abrumadora cita con el éxito consecuencia de su seguridad ante los toros, se trata de dos toreros muy diferentes. Roca cuenta con una mayor novedad, en realidad viene lanzado desde la alternativa, seis años de matador a los que si restamos los dos de la pandemia y el parón de una cogida que le mantuvo apartado de los ruedos prácticamente un año, se puede decir que es un recién llegado, cuestión que le da la ventaja de la novedad. Luque, con quince de alternativa, ha pasado por diversos estados, efectos de la juventud, que le han situado arriba y abajo hasta que ha encontrado el equilibrio personal y una madurez técnica que le permite resolver con los toros de la más distinta condición. De más espectacularidad Roca, de más recursos Luque; con más proyección en el extrarradio taurino el peruano, cuestión que traduce en una gran fuerza taquillera que le acaba dando galones de máxima figura; con mucho reconocimiento entre los aficionados el sevillano.

Roca cuenta con una mayor novedad; Luque ha pasado por diversos estados. De más espectacularidad Roca, de más recursos Luque; con más proyección en el extrarradio taurino el peruano, con mucho reconocimiento entre los aficionados el sevillano

No son la típica pareja, el del arte y el del valor, ni han coincidido apenas en los mismos carteles, que sería la mejor manera de medirlos pero un enfrentamiento directo en la plaza sería en estos momentos un plato fuerte, apasionante, de hacer saltar chispas, pero que nadie se haga ilusiones, no es fácil que se produzca en esos términos de competencia directa, fundamentalmente porque el que tendría la última palabra no lo necesita. 

¿Todo eso significa que los llamados del arte, Morante como referencia, han perdido la batalla? decididamente no, sería un crimen de lesa tauromaquia, cuando el de La Puebla quiere y quiere muchas veces, lo que nunca quiso uno de su género, es punto y aparte pero su prodigalidad no le está beneficiado. Ese torear a diario y su empeño en estar bien todas (o casi todas) las tardes está ayudando a convertir su excepcionalidad en algo corriente. Para esas guerras están más dotados los de la no pareja.

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