La descastada condición del encierro de Torrehandilla da al traste con la corrida del día de San Fernando celebrada esta tarde en Aranjuez. Sólo Ponce en el cuarto obtuvo un trofeo y redimió del aburrimiento a los tendidos, que vieron cómo El Juli y Castella se iban del bicentenario coso de vacío.
Enrique Ponce ha dejado los pasajes más destacados de la tradicional corrida del día de San Fernando celebrada esta tarde en Aranjuez. El valenciano paseó una oreja del cuarto tras una labor en la que dosificó a su oponente, tanto en el caballo como con los engaños, y estuvo repleta de pausas en las que el torero llenó siempre la escena. Sin llegar a bajar nunca la mano, toreó con compostura y tras un pinchazo, una estocada atravesada y otra estocada, paseó la mencionada oreja. Antes, con el que abrió plaza, un toro noble pero de poca raza, anduvo fácil en una faena que no terminó de romper.
El Juli y Sebastián Castella se estrellaron con dos lotes de similares características: flojos, nobles pero sin casta ni raza para tirar hacia adelante. El Juli brilló con el capote en su primero, sobre todo en un quite por chicuelinas, un animal que se rajó enseguida, y poco pudo hacer ante la invalidez del quinto, al que hizo una lidia perfecta pero ni por esas consiguió que el toro embistiera. Por su parte, Castella lidió en primer lugar un sobrero del hierro titular que apenas duró un par de series -que el francés exprimió con temple y buenas maneras- y un sexto que fue el más deslucido. Con ambos terminó metido entre los pitones pero el éxito era imposible.
Aranjuez, 30 de mayo de 2010. Toros de Torrehandilla, el 3º como sobrero, flojos y de poca casta. ENRIQUE PONCE: Saludos tras leve petición y oreja; EL JULI: Saludos y aplausos; SEBASTIÁN CASTELLA: Ovación y silencio tras aviso. Entrada: Tres cuartos.