Urdiales, a hombros. (Foto: Berho)El arnedano corta una oreja a cada uno de sus dos oponentes. Aguilar también toca pelo, mientras que Moreno cumple con nota.
El público respondió en masa colgándose el cartel de “No hay billetes” para ver a los victorinos y estos no defraudaron, ofreciendo una de las actuaciones más completa del año de la divisa.
Con el que abría plaza, José Luis Moreno, muy profesional en todo momento, se metió en los terrenos del toro, siempre escarbando y muy dubitativo en la embestida, para sacar lo máximo de éste, sobre todo sobre la derecha, en una labor que fue de más a menos. Fue silenciado tras una estocada trasera seguida de tres descabellos y sonar un aviso. Con el cuarto, el cordobés instrumentó una labor seria, haciéndole bien las cosas, pero que no llegó a los tendidos y que fue silenciada.
Al segundo de la tarde, un ejemplar entipado que se volvía muy pronto en la muleta, Diego Urdiales decidió sacarlo a los medios, donde pisó terrenos comprometidos en una labor interesante, sobre todo por el pitón derecho, con dos tandas sensacionales al natural. A pesar de la falta de transmisión de su rival, una media estocada le valió para cobrar una oreja. El arnedano entendió a la perfección al quinto, con el que ofreció todo un curso de toreo, siempre bien colocado, echando la muleta adelante y llevando la embestida del morlaco hasta el final. Labor completa sobre ambos pitones rematada con un estoconazo hasta la yema tras un pinchazo, premiada con una oreja después de sonar un aviso.
Alberto Aguilar se entendió a la perfección con el tercero, de nombre “Poleo”, un toro muy bien presentado de mucha raza y transmisión que repetía sobre el pitón derecho, que permitió al madrileño cuajar una labor muy interesante y emocionante. Al final, oreja para el torero y vuelta al ruedo para el toro. Con el sexto, un gran victorino, el madrileño empezó muy bien sobre la izquierda, pero al pasar a la derecha comenzó a recitar más trallazos que pases y los nervios se apoderaron del torero, que veía cómo, pese a su predisposición y voluntad, se le escapaba un toro con mucha transmisión y que humillaba en todo momento. No estuvo acertado con la espada y tuvo que conformarse con una vuelta tras un aviso. Al final de la corrida el mayoral saludó desde los medios.
Sábado, 14. Toros de Victorino Martín, bien presentados y de buen juego. El mejor el 3º, “Poleo”, de febrero de 2006, 489 kg. de peso, negro entrepelado, premiado con la vuelta al ruedo. JOSÉ LUIS MORENO: Silencio tras aviso y silencio; DIEGO URDIALES: Oreja y oreja tras aviso; ALBERTO AGUILAR: Oreja y vuelta tras aviso. Entrada: Lleno de “No hay billetes”.
