Venezuela. Feria de San Sebastián

Voluntad y recursos de Javier Jiménez en San Cristóbal

Rubén Darío Villafraz
jueves 26 de enero de 2012

La espada le dejó sin premio en una tarde sin lucimiento que abría la  XLVIII Feria de San Sebastián

Escaso lucimiento, condicionado por la mansedumbre y descastamiento del lote de utreros enviados por la ganadería merideña de Bellavista, fue en síntesis lo sucedido en el marco de la novillada con picadores, que aperturó la XLVIII Feria de San Sebastián 2012. Sólo la voluntad y recursos del español Javier Jiménez, además de destellos aislados de los nacionales Guillén y Castañeda, dejaron en la retina de los escasos presentes, lo más meritorio en tarde nublada y fría de climatología.

Abrió plaza el novillero merideño Jonathan Guillén a quien hubo de corresponderle la lidia de medio encierro de Don Luis Ortiz. Frente al primero lo más meritorio se le vería en el alegre saludo de capa por verónicas en los medios, para luego de picado, interpretar con soltura gaoneras ajustadas, pues con la pañosa no se encontraría a gusto ante la sosa y escasamente humillada embestida del animal, que para ello buscaría cobijo en tablas. Se le silenció.

No se dio coba con su segundo, astado de seria presencia, el cual constamente colocó en zozobra buscando “el bulto” tanto del propio torero como de sus subalternos. Y en el que cerró plaza, por impedimento de Fabio Castañeda quien no salió de la enfermería, voluntad y ganas se le vio en pasajes donde por naturales se ajustó en toreo sereno y templado, pero momentos escasos para una lidia caracterizada por el unipase. Silencio tras dilatarse con el acero fue su balance final.

Sorprendieron los recursos de los que hizo gala el debutante español Javier Jiménez, quien se vació en hacer embestir los “marmolillos” que pechó en suerte. Su primero, un aquerenciado ejemplar, literalmente le arrancó los pocos pases que permitió, en las cercanías, dejando constancia de sus deseos de triunfo. Una pena que el acero le jugara un mal trance, escuchando dos avisos. Con su segundo, otro “regalito” de seria estampa, mejor se le observó, dando rienda a series templadas que contaron con los acordes del pasodoble. Nuevamente se extendió con acero, para ser ovacionado.

El esperado regreso del espada local Fabio Castañeda quedó reservado a un solo capítulo, el que tuvo ante el jabonero que le llevó por la calle de la amargura tras labor de exposición y valor, intermitente. Se tiró a matar a cara o cruz, pues hasta dos volteretas recibiría el novel espada tras haber dejado el acero, lo que a la postre le hizo pasar a la enfermería de la que no salió para despachar el cuajado que cerró plaza.

Plaza de Toros Monumental de Pueblo Nuevo. Miércoles 25 de enero. XLVIII Feria de San Sebastián. Novillos de Bellavista (Luis Ortiz), bien presentados, algunos con cuajo de toros, en su conjunto mansos, descastados y rajados en la muleta, desarrollando complicaciones en el curso de su lidia. JONATHAN GUILLÉN: Silencio, silencio tras aviso y silencio en el que mató por Castañeda; JAVIER JIMÉNEZ: Ovación tras dos avisos y silencio; FABIO CASTAÑEDA: Silencio tras dos avisos en el œnico que despachó. Entrada: Apenas 1500 personas. Destacaron en la vara Alirio Ramírez en sus dos intervenciones ante el 2ºy el 5º, y en banderillas Salvador Moreno frente al 2º y Enzo Antequera ante el 6º.

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