Sevilla. Autovía de la Plata dirección Extremadura, hasta la Venta del Alto. Allí, a la vera del Manzano de Eloy Jiménez y de Casa Toril donde lo de Aguadulce, fincas de mucho rango, está el punto de inflexión en nuestra ruta, das media verónica para coger la carretera de Aracena y empieza una gran secuencia ganadera: La Cepera de los Sampedro, la Casa Sierra donde estuvo lo de Paco Rubio que fue ganadero emergente de mucha acumulación y pronto adiós, El Castillo donde pastan los núñez de Rojas y no me olvido de la Buenavista de Clotilde ni de Las Majadillas de Trapote ni las que vienen después hasta llegar a Monte de San Miguel en Aracena, sede de los González. En ese camino es parada obligada Casa Juanito, café, tostada, pan candeal, aceite y jamón. De ahí un leve tirón más hasta Valdeflores y Lo Álvaro, estación término.
Territorio Juan Pedro por excelencia. Así pasen cien años, para los aficionados esos eucaliptus de la entrada, el murete de piedra sillar y cemento, un espurreado de decenas de toros, negros y castaños principalmente, pastando a la vera de la carretera, los comederos cubiertos, los cercados ondulados… ese paisaje, digo, siempre será lo de Juan Pedro. Aquí vivió, soñó e ideó un modelo de toro propio un ganadero con más méritos que reconocimiento y en esta misma carretera se dejó la vida en una puta curva, que no quiso saber nada de toros artistas ni de toros atletas, ni si saben bien o si se pueden indigestar tres platos de jamón seguiditos en Feria de Sevilla… ni siquiera tuvo en cuenta, maldita curva, si aquel proyecto de toro juampedro, tan criticado y tan cotizado a la vez, estaba agotado y había que seguir inventando.
– ¡El toro sólo mira la muleta! es una máxima, nunca al pecho ni a los ojos del torero. Esa es una virtud que tiene esta ganadería como pocas otras. Esa es la gran obra de mi padre”
– “No quiero toros simplones. Ese cambio lo estaba pidiendo el público y todos los que apostaban por esta ganadería. Lo que pasa es que los resultados no son inmediatos, hace falta tiempo, esos seis años que se cumplen ahora”
– “¿Si soy el heredero hegemónico de lo Domecq?… Hay grandes ganaderos en la familia, desde luego, y cada uno ha creado su marca, pero yo he tenido la suerte de mantener cuatro generaciones la misma marca y eso es muy difícil, sólo Miura…”
– “¿Que si vendimos demasiadas vacas?… Si mi abuelo no hubiese vendido, si estuviésemos solos, dónde estaría la Tauromaquia, qué tendríamos que tener ¿dos mil vacas?… cómo hubiésemos rentabilizado estar solos… No se sabe”
– “Voy buscando un toro más fino porque creo que la ganadería había alcanzado un tamaño excesivo. Lo quiero fino de agujas, fino de línea, fino de pezuñas. Creo que las formas del toro ayudan mucho a embestir”
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