La Casa de la Cultura de Onda acogió este lunes un coloquio enmarcado en el ciclo cultural y taurino “Sorolla y los toros”. En el encuentro estuvieron representados todos los estamentos del espectáculo: un torero, Paco Ramos, un empresario, Alberto Ramírez (también matador de toros), un ganadero, Zacarías Moreno, y los aficionados, que no faltaron a la cita.
“Gracias a la ilusión de los toreros, nosotros caminamos”, señaló en primera instancia Zacarías Moreno. “Admiro a todos aquellos que se viste de luces, muchas veces a cambio de nada”, dijo en referencia al caso de Paco Ramos, cuya afición es encomiable.
Precisamente el torero local confesó que el último año ha sido uno de los más importantes de su carrera: “Acostumbrado a torear una tarde al año, este año, en ese sentido, he dado un paso más al estar en Valencia y Madrid, dos plazas de primera, y Castellón. Voy subiendo escalones y espero que en 2024 sea un poquito mejor”.
Ramos hizo mención a uno de los cuadros de Sorolla que se pudo ver en el documental que se proyectó previamente al coloquio y en los paneles que decoraron el salón en el que el genial artista pinta el patio de cuadrillas de la plaza de toros de Valencia: “Ahí se pasa mucho miedo, tienes toda la responsabilidad sobre tus hombros y más en mi caso, que cada tarde me juego mucho. En los patios de cuadrillas el miedo es palpable”.
En este sentido, sobre el esfuerzo de Paco Ramos, Alberto Ramírez, que conoce su caso a la perfección, señaló: “Paco tiene mucho mérito, nosotros nos hemos limitado a ponerlo en Castellón y él ha hecho el resto. Cuando quiero contratarlo, a Paco le llamo personalmente”, dijo Ramírez, a lo que Ramos contestó: “Sus llamadas me ponen nervioso y contento a la vez. Estos últimos años he toreado en Castellón y ojalá pueda ir muchos años más”.
Zacarías Moreno confesó que de juventud quiso ser torero y recordó que tras una rabieta con su padre le dijo que si no iba a ser torero, sería ganadero algún día: “Y llevo ya veinte años”, apostilló: “Quiero luchar por esta arriba pero no es mi objetivo principal, lo que deseo de verdad es que la ganadería se reconozca con un sello de calidad”.
En este sentido, explicó los orígenes de la ganadería, primero con animales de El Ventorrillo y posteriormente con ganado de Domingo Hernández y Daniel Ruiz. “Daniel ha sido un grandísimo ganadero. Lo de Daniel y lo de Garcigrande es diferente. Daniel me decía siempre que los cruces no son buenos aunque el árbol sea el mismo. Yo he cogido el chip del uno y del otro. La ganadería la llevo en tres partes, lo de Daniel puro, lo de Garcigrande puro y una tercera que es una mezcla de los dos. De hecho, los toros cumbres que he lidiado, como los Finito de Colmenar Viejo de los últimos años, son una fusión de las dos casas”.
Para 2024, Zacarías Moreno adelantó que en principio en el campo “hay ocho corridas de toros, que, seguramente, serán seis porque siempre tenemos bajas. Y un par de novilladas. Hay alguna petición de novillada para plaza de primera pero para esos caso hay que ir con un novillo muy bonito que puede ser una gran corrida al año siguiente, así que ahí está la duda”. Y en una tierra de tanto festejo popular como Onda, ¿hay toros para las calles? se le preguntó: “Los puede haber”, dijo.
Hombre de prestigio en el ámbito empresarial, Zacarías Moreno confesó: “Sufro más con la ganadería que con la empresa. Lo paso realmente mal. Cuando vas de sobrado, pegas un petardo. El toro es sufrir, sufrir y sufrir”.
Alberto Ramírez, por su parte, dejó varias reflexiones desde su parcela de empresario de la plaza de toros de Castellón: “Los empresarios tenemos que tener la capacidad y el arrojo de apostar por los jóvenes. Unas veces aciertas y otras, no. Pero hay que intentarlo”.
El acto, en el que se visualizó un documental realizado por el equipo de APLAUSOS y la visualización de seis paneles con las obras taurinas más destacadas de Sorolla, fue moderado por nuestro compañero Jorge Casals y contó con la presencia de las autoridades locales.
