RECORDANDO AL PASMO DE TRIANA
Juan Belmonte, el 1 de abril de 1962, antes de una corrida de toros en El Puerto de Santa María. Puede que fuera la última fotografía que se le hiciera al genial trianero.Juan Belmonte, el 1 de abril de 1962, antes de una corrida de toros en El Puerto de Santa María. Puede que fuera la última fotografía que se le hiciera al genial trianero.

Juan Belmonte, cincuenta y ocho años después de su partida

Tal día como hoy, 8 de abril, pero de 1962, nos dejó para siempre el protagonista junto a Joselito de la Edad de Oro del Toreo
Redacción APLAUSOS
lunes 16 de abril de 2012

A punto de cumplir 70 años -apenas faltaba una semana para que lo celebrara-, Juan Belmonte, el Pasmo de Triana, el protagonista junto al llorado Joselito de la Edad de Oro del Toreo, se suicidaba en su finca, en el cortijo Gómez Cardeña, poniendo fin a una de las vidas más legendarias del pasado siglo. La noticia saltó tal día como hoy, un 8 de abril, pero de 1962.

Juan Belmonte acababa con su vida de un tiro en su finca sevillana. El mundo taurino, conmocionado, quiso tributarle su último homenaje al genial diestro el día de su entierro. Así contó aquel triste episodio el semanario taurino El Ruedo: “Juan Belmonte ha pasado, por última vez, a hombros de la afición por las calles de Sevilla, camino del descanso definitivo (…) Pocos hombres extraordinarios llevaron como Belmonte, con sencillez absoluta, una gloria de la que él tenía conciencia plena y exacta (…) La multitud reclamó el cuerpo del artista adorado como en las tardes cálidas de sus triunfos y lo llevó, como preciosa carga, a lo largo de un itinerario de varios kilómetros que la propia multitud trazó, con instinto -con los planes del corazón- bien certero”.

“Pocos hombres grandes -prosigue el texto- han sido enterrados con menos carácter oficial y público. Su entierro ha sido popular, que es bien distinto. Popular en la presencia y en la esencia, en el gesto y en el corazón (…) Algo más que un hombre y un torero se nos iba. Se iba para siempre la Edad de Oro de la Fiesta, la plenitud ya perdida que Belmonte encarnó con José y Rafael, que también dieron su último paseo a hombros de la afición, en primavera, cuando sangran -formidable símbolo- los geranios y los claveles”.

La fotografía que ilustra esta pieza, tomada el 1 de abril de 1962, se captó en El Puerto de Santa María, a donde Belmonte acudió a presidir el festival que don Álvaro Domecq y Díez le organizó a Bernardo Muñoz “Carnicerito”. Fue la última presencia en público del trianero antes de su trágica desaparición.

Completamos nuestro recuerdo al maestro con dos vídeos: uno resumen de los primeros años de su trayectoria en los ruedos -los de la singular competencia con Joselito el Gallo- y otro que recoge el único audio conocido con su voz original, recuperado por el programa Fin de Siglo de Radio Nacional de España.

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