El Juli, con el peor lote de garcigrandes, pasea un trofeo.
GALERÍA FOTOGRÁFICA DE ARJONA DEL FESTEJO
Fotos: ARJONA
El Juli arrancó los primeros olés de la tarde en un quite por chicuelinas al toro que abría plaza de Domingo Hernández. Se lo llevó a los medios en el inicio de faena, perdiendo el toro las manos. De poco fondo, embistió más por inercia que por querer ir hacia adelante. Porfión el madrileño en una labor técnica y bien resuelta rematada de media estocada. Al igual que su primero, el segundo del lote de El Juli salió sin definirse, sin embargo el madrileño, poco a poco, lo fue metiendo en vereda en series cortas. A media altura lo llevó el madrileño, sin obligarle. Distraído salía el toro de los muletazos. Labor de oficio e inteligencia de Julián frente a un toro deslucido. Finalizó con manoletinas ajustadas, de pinchazo hondo y un golpe de descabello.
En el último cartucho de la tarde, El Juli puso toda la carne en el asador. Un quite por lopecinas dio paso a una faena de más a menos, de notable técnica y saber hacer. El toro, que mostró y desarrolló cierta violencia, fue perdiendo fuelle a medida que avanzaba la faena. Mató de estocada trasera y la faena fue premiada con una oreja.
Enmorrillado y más alto que su anterior fue el que hizo segundo, que acusó falta de fuerza en los primeros tercios y estuvo más pendiente de los tendidos que de los engaños. Perera abrió faena de rodillas, en un prólogo jaleado por el respetable dentro de un conjunto que tuvo como principales virtudes el mando y el sometimiento. Exprimió al toro, cobrando una estocada que le valió una oreja.
Cortó las dos orejas del quinto tras una faena presidida por el valor y la exposición frente a un toro sin clase ni recorrido. El extremeño mostró sus credenciales y su disposición abriendo faena con un pase cambiado por la espalda en los medios. Perera aplicó pulso y más pulso ante los parones del toro. Por momentos se dejó llegar muy cerca rozándole la taleguilla. Importante la faena. Coronó su actuación de una estocada casi entera.
Cerró plaza un toro de Domingo Hernández, más fuerte que sus hermanos. Abierto de cara. Arriesgó Guillermo Barbero en el segundo par. Fue éste el toro de más calidad del envío, sobre todo por el pitón derecho. Enrazado el toro. Faena reunida en la que derrochó poder en el toreo en redondo, enganchando al toro adelante y corriendo con mando la mano. A más la faena, creció en intensidad y emoción. Expuso el extremeño que caldeó los tendidos. Firmeza y autoridad de Perera que pinchó en primera instancia, dejando una media estocada.
