REPORTAJE

Bordando sueños

Podrían ser auténticas joyas de museo y, sin embargo, son las herramientas de trabajo de matadores y subalternos. En ocasiones definen tan bien a quien los luce que llegan a ser su mejor carta de presentación. Los vestidos de luces, así como muletas, capotes de brega y de paseo, representan la parte más íntima y personal de quienes pisan el albero. Por ello los diseñadores tratan de poner todo el mimo y la inspiración posibles para que de sus manos salgan verdaderas obras de arte
Rocío Fernández
jueves 18 de octubre de 2018

Más clásicos, más innovadores, más recargados, más sutiles… un gran abanico de posibilidades se abre cuando de vestidos de luces hablamos. Los colores, los bordados, los distintos elementos decorativos llegan a crear tal infinidad de posibilidades que tanto toreros como sastres apuestan por darle el toque más especial posible a cada uno de ellos para hacerlos lucir como verdaderas obras de arte. Es el caso de Justo Algaba, quien ha sido el encargado de diseñar y confeccionar algunos de los vestidos de torear más laureados esta pasada temporada. “Un año más puedo presumir de haber vestido a primeras figuras del escalafón. Para mí ha sido un año muy bueno, y no me refiero a lo económico, que es lo que menos me importa, lo que realmente me importa es el resultado final con mis clientes y mis amigos. He tenido unas obras de trabajo muy interesantes”, admite el diseñador, quien con sus creaciones ha estado presente en citas de gran envergadura de toreros como Morante de la Puebla o Roca Rey.

2018 no ha sido un año en el que se haya innovado en colores, pero sí en bordados o tejidos, como los damasquinados que han utilizado algunas figuras

Sin embargo hay otros toreros que prefieren lucir modelos más tradicionales. “Por ejemplo, Emilio de Justo quería llamar la atención por clásico más que por moderno”, garantiza Santos en relación al terno que le diseñó para la corrida de Valladolid. “Es un vestido antiguo. Mucha gente lo asemejaba a los que llevaba Joselito. Él quería una cosa clásica y así lo hicimos. Pero cada torero es un mundo. Ellos normalmente se dejan aconsejar, sobre todo si les puedes dar ideas nuevas que no haya en el mercado”. Precisamente eso fue lo que se propuso el modisto a la hora de llevar a cabo el encargo que le hizo Octavio Chacón para lucir en esta pasada Feria de Otoño. “Está claro que hacer una idea requiere un diseño y eso a su vez implica tiempo y obviamente se ve reflejado también en el dinero. El de Chacón es un diseño que no tiene nadie. Llevaba muchas ramas y lentejuelas y contaba con la peculiaridad de que se trata de un vestido muy cómodo, no es nada pesado. Lo que al final hay que conseguir es que el vestido luzca pero siendo ligero”.

DAMASQUINADOS.- Toreros como El Juli, Talavante o Manzanares han apostado por bordados damasquinados, parecidos a la tapicería. Para la historia quedará el estrenado por El Juli en Sevilla. Con él indultó a Orgullito y lucirá en una vitrina en el museo del madrileño.

En oro, plata, azabache, con más o menos bordados, con pedrería o sin ella, al final lo que cuenta es que el torero se sienta identificado con lo que luce. “A mí me llena de satisfacción poder crear cosas que no sean como el juego de las cartas: sota, caballo y rey; sino que tengan un mensaje, que tengan que decir algo, nuevas iniciativas. Siempre basándonos en lo que es el vestido de luces, porque es como el de faralaes, si le quitas los volantes, deja de serlo; pero tienen que tener personalidad y se ha podido ver en los vestidos que he hecho este año a toreros como Curro Díaz, Juan del Álamo, Padilla…”, afirma Justo. Y si hablamos de encargos especiales “este año no ha habido ninguno muy concreto –matiza Santos- pero sí diferentes. Por ejemplo el que le hice a Román para lucir en Valencia. Se lo regalaban desde Formentera y el bordado tenía que imitar la isla de alguna forma. Lo que hicimos fue sustituir una de las flores del bordado por el relieve de la isla. Fue algo chiquitito para que no se percibiera mucho y quedó muy bonito”.

Justo Algaba: “Un vestido de luces admite tanta fantasía e innovación como puedas imaginar, me encanta hacer cosas distintas sin que nadie pueda pensar que es una mamarrachada”

En lo que no se han introducido grandes cambios es en los elementos decorativos de los propios vestidos. “Siempre son los mismos, eso no cambia”, apunta Santos. “Los adornos del traje son los que hay. Las que ya no se usan mucho son las mariposas. Va por modas. Igual que el trébol se utilizó mucho por José Tomás. Según qué matador lo saque crea tendencia o no”. Del mismo modo, las decisiones en el aspecto cromático varían dependiendo de quién sea el cliente. “Para mi gusto no es por tendencia sino por cómo le siente a cada uno, ya sea por su tez, por el color del pelo, por la forma de la cara… Para mí no es cuestión de moda sino de cómo queda en el cuerpo de cada uno”, afirma Justo.

MORANTE, AMANTE DEL RIESGO.- El de La Puebla es uno de los que más arriesga en los vestidos. Desde hace unos años los luce sin alamares y esta temporada les ha añadido bordados de flores con colores. El de la reaparición estaba inspirado en un capote de paseo de Manolo Vázquez, que precisamente también lució el de La Puebla el Domingo de Resurrección de 2017. También sorprendió en la Goyesca de Ronda con un vestido de Vicky Martín Berrocal.

No sólo toreros a pie tratan de ir a la última o con los vestidos más espectaculares, también los rejoneadores han apostado en los últimos tiempos en aportar ciertas peculiaridades a sus indumentarias. “En ese sector también ha habido grandes cambios”, admite Algaba. “Ya no se quedan en la simple chaquetilla corta de los años 70, ahora quieren ir a más y verse atractivos con lo que llevan puesto. He de decir que en esta ropa me tengo que apuntar un tanto en las innovaciones porque, por ejemplo, en la que le he hecho a Lea Vicens son palpables los cambios. Del mismo modo que lo que he podido hacer a Pablo Hermoso, quien tiene su propia tendencia y hay que respetarla y mejorarla si se puede. Estoy trabajando también para unos mexicanos que nada tiene que ver con lo que se ha hecho hasta ahora. Es un mundo en el que se pueden aportar muchas cosas todavía”.

Santos García: “Este invierno estamos trabajando con colores nuevos y más resistentes que no den tantos problemas. Intentaremos también que los colores varíen un poco”

Cada temporada el aficionado repara en los vestidos de luces que visten sus toreros y en los colores de los mismos. “No ha habido gran cambio en las tonalidades -apunta Santos, de la sastrería madrileña Santos García-. En 2018 nos hemos mantenido en los sangres y ciertos azules pero no ha habido ninguna tendencia nueva. Sí se ha podido ver algún cambio en los bordados, ya que algunos matadores han sacado los conocidos como damasquinados que son como tapicería, lo que ocurre es que personalmente no me convence del todo porque según me han comentado da muchos problemas de lavado ya que parece ser que lleva mucha tela y a la hora de lavar el vestido da muchos problemas. De hecho la sangre cuesta mucho quitarla”, afirma. Alejandro Talavante, José María Manzanares, El Juli… son algunos de los toreros que se han decantado esta temporada por este tipo de tejido. “Hay veces que determinadas figuras pueden permitirse hacerse un vestido que tiene poco lavado pero se lo hacen para un día concreto, una fecha importante. Yo, de momento, no he querido entrar en ese terreno. Lo que estoy investigando es a ver si conseguimos el mismo tipo de raso pero lavable. Hasta que no tenga seguro que puedo dar una garantía real sobre ese tejido no lo voy a hacer”, admite Santos.

FORMENTERA.- Unos amigos de Formentera le regalaron este vestido a Román, como homenaje a esa tierra lleva bordada la forma de la isla en la manga izquierda.

A pesar de tratarse de piezas con solera y aparentemente ancladas en el pasado, los vestidos de torear también admiten cambios, “como cualquier otro vestuario”, matiza Justo Algaba. “Admite tanta fantasía, innovación, diseño y tantas cosas como puedas llegar a imaginar y llevar a cabo. No hay más limitación que nuestra propia mente. En mi caso puedo decir que soy un enamorado de las innovaciones, me encanta hacer cosas distintas sin que nadie pueda pensar “menuda mamarrachada”. Me baso en unos criterios muy marcados, muy míos, pero siempre con el fin de que el torero pueda presumir en el ruedo. Me gusta decir que yo abro una ventana de luz para que otros puedan coger ideas y trabajar”.

CLASICISMO.- Uno de los vestidos que más ha llamado la atención ha sido el que estrenó Emilio de Justo en Valladolid. Clásico, cargado de oro, a muchos recordaba a los de Joselito.

Un torero que está abierto a nuevas adaptaciones es Morante de la Puebla. “Ya sabemos que es un personaje que aunque se ponga una hoja de parra la luce -asegura Algaba-. Es un torero que todo el mundo admira y al que se le tolera todo. Este año he trabajado varios diseños para él. Le hice uno a principio de temporada, negro y oro, diseñado en un capote de paseo de los años 30-40. Así como los dos que le entregué para la Feria de San Miguel. Un rojo que ha sido muy bonito, y un blanco. Son cosas que no todos los toreros pueden llevar”, reconoce, y prosigue: “La idea fue de él, me dijo: “¿podrás hacerme esto?” y yo le contesté que haría lo posible para que los dos saliéramos victoriosos. Creo que así fue pues el sábado antes de la corrida de Sevilla por San Miguel, mientras se estaba vistiendo, me llamó y me dijo que el vestido era un lujo, así que algo bueno tiene que haber”.

Nuevos tejidos, nuevas tonalidades, tendencias en los dibujos, diseños con brocados… Los principales modistos ya trabajan en la próxima campaña

Con el fin de la temporada a la vuelta de la esquina, los diseñadores ya están meditando acerca de cuáles serán las tendencias sobre el albero de cara al próximo año. “Todavía es pronto pero en mi caso ya estoy trabajando con una nueva fábrica de rasos para conseguir rasos mejores que los que tenemos actualmente porque nos están dando muchos problemas ya que destiñen mucho y clarean antes. Este invierno estamos trabajando con colores nuevos y más resistentes que no den tantos problemas. Intentaremos también que los colores varíen un poco”, reconoce Santos, a lo que Justo añade: “Es ahora cuando llega nuestro momento de darle vueltas a la mente y pensar sobre nuevos trabajos. Ya estoy buscando nuevas tonalidades y tendencias en los dibujos para crear una línea totalmente distinta al año anterior. Por ejemplo, el diseño que realicé a Roca Rey para la Goyesca de Ronda en el que dominan los brocados puede ser muy interesante y es posible que veamos más de uno. Sea cual sea la tendencia siempre requiere de un primer valiente, el que arranca, el que tiene más valentía y no le teme a la crítica, ni a la prensa ni a nadie. En realidad es que nunca un traje de torear debe ser censurable porque es el porte de cada torero el que hace lucir al vestido”.

Singular bordado de círculos que ha lucido Roca Rey. Está inspirado en uno que llevaba José Tomás.

LAS GOYESCAS, LA OCASIÓN PERFECTA PARA INNOVAR

Son varias citas al año las que llevan la vitola de corrida especial. Es lo que ocurre con las goyescas, siendo referente la de Ronda. Esa cita a final de temporada puede ser el mejor escaparate tanto para los toreros como para los diseñadores que tienen el privilegio de vestir a las figuras en un festejo de tanta trascendencia. Sus diseños son capaces de trascender más allá del mundo del toro e incluso traspasar fronteras. Es lo que ocurrió este año con el vestido que lució Morante de la Puebla, diseñado por Vicky Martín Berrocal y confeccionado por Justo Algaba, quien también fue el artífice del que lució esa misma tarde Roca Rey. “Puedo decir que el de Roca Rey ha sido uno de los tres encargos más especiales que he realizado en mi vida”, admite el diseñador. “Me costó más de dos meses y medio hacerlo, de hecho es uno de los que más trabajo me ha costado hacer. Llegué a tener que apartarme de todo porque la inspiración no viene cuando tú quieres. Tanto es así que perdí más de mes y medio sólo pensando y no lo conseguía. El torero me encargó un azul cielo y azabache… pues yo lo hice azul con azul. Mi inspiración me llevó por ahí y me consta que el primer impacto cuando lo vio no fue muy agradable. Según me han dicho fue tan fuerte que dijo: “Creo que no me gusta”. Sin embargo cuando se lo puso, dijo: “Me siento un príncipe”. Para mí fue de los vestidos más especiales y bonitos que he hecho nunca. He recibido cientos de felicitaciones por ese goyesco. Lo que siempre digo es que primero hay que educar la vista antes de opinar”.

AZUL CON AZUL.- “El de Roca Rey para la Goyesca de Ronda ha sido uno de los tres encargos más especiales que he hecho en mi vida”, asegura Justo Algaba.

Los trastos sucumben también a las tendencias

Los trastos de torear son, a la par que los trajes de luces, una herramienta indispensable para los toreros y subalternos. A lo largo de los años ha habido ciertas modificaciones en sus diseños aunque posiblemente sea en ellos donde menos se aprecien los cambios, como nos cuenta el sastre de toreros Paco Méndez. “Este año, además de haber aumentado el número de ventas en mi taller, también he avanzado en el sistema de confección de capotes de paseo e incluso he llegado a hacer diez vestidos de luces, pero es que yo estoy solo y el día no da para más”. Para que las cifras sean positivas, Paco tiene claro cuál es el secreto: “Trabajar mucho y, sobre todo, adaptarse al cliente. En los capotes y muletas no hay grandes cambios de un año para otro por eso lo que hay que hacer es adaptarse mucho a los toreros y a las ideas que ellos tienen en su cabeza. Personalizar el producto. De eso se trata. También hay que adaptarse a la economía. Un capote de paseo de galón simple está en 400 euros, sin embargo si ese mismo capote lo quieres con canutillo, lentejuela, piedras… ya te cuesta 1.000 euros. Está el que está al alcance de cualquiera y el que no. Yo todos los años voy dando un pasito más. Es verdad que he notado que en alguna sastrería han cogido ciertos detalles míos, por lo que sea, me voy adaptando. Es lo que hace que se decanten por ti o por otro. A día de hoy puedo presumir de tener entre mis clientes a toreros como Paco Ureña, Pepe Moral, Juan del Álamo, Curro Díaz, Ferrera, Perera, Emilio de Justo; novilleros como Carballo, Aquilino Girón, Fernando Flores o banderilleros como Jarocho, Domingo Siro, Javier Ambel, Enrique Cartagena… Mis productos están teniendo muy buena aceptación porque además en cuestión de calidad-precio están muy bien”.

Fotos: ARJONA Y JAVIER ARROYO

Síguenos

ÚLTIMAS NOTICIAS

Cargando
Cargando
Cargando
Cargando
Cargando
Cargando
Cargando
Cargando