Ponce falla a espadas

El valenciano pierde las orejas con la espada tras estar muy por encima de las condiciones de la descastada corrida de Samuel Flores. El Capea, que confirmaba alternativa, dio una vuelta al ruedo y Daniel Luque se fue de vacío.

Enrique Ponce ha protagonizado los momentos más destacados del festejo celebrado esta tarde en Nimes. El valenciano cuajó una gran faena al segundo toro de la tarde, un ejemplar noble pero que no terminó de ayudar. Con él realizó una labor "made in Ponce", en la que sacó todo el jugo posible a su oponente por ambos pitones y en la que tres circulares consecutivos pusieron a todo el mundo de acuerdo. Además, brillaron varios cambios de mano eternos, en los que toreó a cámara lenta. Emborronó todo con la espada y el premio se redujo a una gran ovación. Con el cuarto, un manso y peligroso ejemplar, se la jugó e hizo un esfuerzo importante exponiendo a un toro de grandes complicaciones. Si por el pitón derecho el samuel era imposible, por el izquierdo, con mucha paciencia, de uno en uno, terminó sacando varios naturales de gran mérito pero, una vez más, echó a perder todo con los aceros.

El Capea, que confirmaba su alternativa, anduvo solvente y técnico con el que abrió plaza y académico y templado con el quinto, un toro con el que tiró de técnica y oficio antes de matar bien y recorrer el anillo. Luque, por su parte, pechó con dos toros de pocas opciones. Su primero fue noble pero falto de transmisión y la faena no caló en los tendidos, mientras que con el que cerró plaza, muy deslucido, consiguió calentar el ambiente de mitad de faena hacia delante sobre todo en un epílogo metido entre los pitones. Marró con la espada.

Nimes, 23 de mayo de 2010. Toros de Samuel Flores y Manuela Agustina López Flores, 3º y 5º como sobreros, bien presentados y de juego dispar. 1º, manejable; 2º, noblón pero sin humillar; 3º, noble pero sin transmisión; 4º, manso y con peligro; 5º, manejable; 6º, deslucido. ENRIQUE PONCE: Gran ovación tras aviso y silencio tras dos avisos; EL CAPEA: Silencio y vuelta al ruedo; DANIEL LUQUE: Palmas y silencio. Entrada: Más de tres cuartos.