BENLLOCH EN LAS PROVINCIAS

2022, más que las cien tardes de Morante

José Luis Benlloch
lunes 07 de noviembre de 2022
Roca Rey, Daniel Luque y El Juli completan con el sevillano el pódium de principales

Echado el telón a la temporada 2022, estamos en tiempo de festivales -menos de los que sería deseable para reencontrarse con los viejos maestros-; de relax torero -más de lo que se quisiera, si tenemos en cuenta que el toreo en plenitud es tensión, miedo, preocupación, ataque, viajes…- ; es momento también de repaso de cuentas que ya hace tiempo que no son lo que eran cuando nadie ganaba más que un torero -en una temporada los había que se compraban una finca, lo que no deja de ser pura ensoñación en la actualidad- y la cuestión por mucho que pueda parecer asunto personal y de lo más prosaico, lo de la pasta, es reflejo de la realidad en la que vive el toreo, que ha perdido economía y calado social al punto que ha dejado de ser en gran medida y salvo excepciones la vía para el ascenso social y escape de miserias que elegían tantos y tantos españolitos. Ya hace tiempo, pongo por caso, que en los restaurantes no levantan reservas anteriores para dar mesa de última hora a un torero.

El empeño personal de Morante ha ido acompañado de generosidad y realismo en las contrataciones, se ganaba lo que se generaba, que le ha permitido estar en plazas de escaso aforo, para su mayor gloria

En lo puramente artístico la temporada ha gozado de una excelente salud con un puñado de nombres de mucho relieve: Morante, Roca Rey, Juli, Daniel Luque, Tomás Rufo… y escasas decepciones si giramos la mirada hacia la parrilla de salida allá por marzo. Ha sido el año de las cien tardes de Morante, es el tema de moda, lo nunca visto entre los de su clase. Un empeño personal nada fácil que ha perseguido con las renuncias económicas necesarias (generosidad y realismo en las contrataciones, se ganaba lo que se generaba) que le ha permitido estar en plazas de escaso aforo, y que a mayor gloria del sevillano ha permitido romper la inercia reduccionista en la que se habían instalado las figuras en los últimos años en lo que apenas pasaban del medio centenar de ajustes. Han sido cien tardes en las que ha lucido un toreo deslumbrante y exclusivo, en el que como el propio torero ha confesado ha perseguido el espíritu de Joselito el Gallo sin que ello le haya apartado de las esencias belmontistas, lógico, al fin y al cabo, siempre se dijo que Juan y José se retroalimentaron en sus formas.

Negar a Roca Rey cuando más se necesita de gente brava con entrada directa entre la juventud sería una estupidez de grado superlativo

En su esportón, más allá de toda esa colección de vestidos de torear de tan arriesgado gusto que ha lucido -muchos de ellos preciosos y otros que solo se salvaban si eran cosa de Morante- queda el recuerdo de faenas memorables, en Sevilla y en Madrid pero también en cosos de menos trascendencia como la última de Ubrique. La única decepción grande de su temporada, escuchada desde Valencia, han sido sus recientes declaraciones en las que asegura que el año próximo no comenzará a torear hasta la Feria de Abril, lo que deja (des) compuestos y sin Morante los carteles falleros si no hubiese nuevas reflexiones.

Otro nombre de la temporada ha sido Roca Rey, en otro palo, con otra edad, con el espíritu del guerrero en su guion diario sin que suponga renuncia del buen toreo, el hombre que se auto prohibió dar un paso atrás en la plaza ¡prohibido rendirse! ahí está el ejemplo de Bilbao, firmeza, regularidad y espectáculo, 63 corridas de toros, 140 orejas, 6 rabos, conquistó Sevilla, rindió Madrid, Bilbao, Valencia, Pamplona… negarlo cuando más se necesita gente brava con entrada directa entre la juventud sería una estupidez de grado superlativo. No lo ha parado nadie, cuestión que viniendo de donde viene valoriza sus méritos.

LUQUE Y LOS OTROS

El recuperado Daniel Luque ha sido otro de los nombres del año. El sevillano ha vuelto a donde sus condiciones innatas de torero poderoso hacían presagiar que estaría cuando empezó. Después de repetidas subidas y caídas, ahora sereno y maduro personalmente, ha vuelto a las alturas se supone que con la lección aprendida para quedarse definitivamente. Poderoso, con el valor que da la seguridad y técnicamente muy maduro, se adueñó de las plazas francesas, triunfó en su Sevilla natal donde por fin logró abrir la Puerta del Príncipe y queda a expensas de consolidar todo lo logrado para espantar las dudas que puedan generar su carrera de espectaculares subidas y penosas caídas.

El Juli ha sumado su tremenda capacidad técnica y su carácter ganador para coleccionar unas cuantas tardes memorables, en Sevilla y especialmente en Madrid, la plaza donde más se le negó en su carrera, oposición que llegó a alcanzar rangos de cruel inquisición taurina, que este año se le rindió sin condiciones.

Román ha resuelto una temporada de máxima dificultad torista

Hubo otros nombres importantes que dieron relieve a la campaña, un joven Rufo que llegó lanzado desde la alternativa; un Ginés Marín cada vez más consolidado; Aguado y Ortega defendieron sus territorios de toreros de arte; Téllez peleó por defender la expectación que se ganó en Madrid… y en lo que toca a Valencia, Román completó una interesante temporada de 17 corridas de toros entre las que abundaron las de máxima dificultad torista con divisas de las consideradas más duras en las que sobrevivir es un triunfo. Así hasta completar un escalafón de más de ciento sesenta nombres de los que más de la mitad no ha logrado superar los cinco festejos.

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