Fotos: PLAZA 1
La lluviosa tarde arrancó con un cuajado novillo de Sánchez Herrero a dos meses de cumplir de toro, como toda la novillada. Agradable de cara. Miguel Maestro se mostró muy dispuesto desde que salió, tratando de hilvanar verónicas a pies juntos y después llevando al novillo al caballo con un galleo por chicuelinas muy torero. Abel Robles quitó por gaoneras. El novillo perdió las manos tras el exigente inicio de Maestro. No terminó de desplazarse con franqueza ni ritmo alguno y el novillero lo intentó por ambos pitones con determinación. La estocada llegó tras un pinchazo. Saludos.
Volvía a Madrid Abel Robles tras dar una vuelta al ruedo en esta plaza en 2018 y superar un ictus cerebral. El novillo de la vuelta no fue lucido. Se fue a portagayola y quiso agradar durante toda la actuación. Se movió el de Sánchez Herrero sin clase alguna. El novillero catalán hizo un esfuerzo pero después no lo vio claro con los aceros. Le sonaron los tres avisos.
El tercero de Sánchez Herrero fue precioso dentro de su corpulencia. Daniel Menés lo paró con ganas en un variado saludo resuelto por chicuelinas. Muy mal picado por David Megía. No se definió hasta el último tercio , donde rompió a embestir especialmente por el pitón izquierdo. Menés le cogió el aire en dos tandas comprometidas aunque no encontró la tecla del temple por el derecho. Hubo momentos de acople en una faena con altibajos. Pinchó de feas maneras y se silenció una interesante labor. Palmas despidieron al buen aldeanueva.
El cuarto fue otro tío en sus hechuras. Alto y rematado, enseñando las puntas. Un novillo muy ofensivo. Miguel Maestro sabía que era su último cartucho en Madrid y apretó desde el saludo. La lidia de Sergio Aguilar fue perfecta y Jarocho se lució en banderillas. El inicio de Miguel Maestro fue muy torero, ganando terreno. Alternó mandones derechazos con rítmicos trincherazos. Apostó Maestro dando distancia al novillo de Sánchez Herrero. Dos tandas duró el novillo, que en cuanto perdió la inercia cazó a Maestro al revolverse con saña. Se recompuso el novillero, aunque el novillo no volvió a embestir igual, sabiendo lo que se dejaba atrás en cada momento. Estoqueó delantero tras un pinchazo. Silencio tras aviso.
El cornalón que hizo quinto fue muy áspero en los primeros compases de la lidia. Abel Robles lo recogió con profesionalidad y Menés se lució en su quite. Robles se fue a los medios para arrancar con un cambiado por la espalda una faena que fue de más a menos. Una vez reducida la distancia hubo una tanda acompasada con importancia. Al novillo le faltó entrega para buscar los engaños por bajo. De nuevo se atascó con la espada. Silencio tras aviso.
Cerró la novillada un altote, aunque más fino que sus hermanos, ejemplar de Sánchez Herrero, estrecho de sienes. La media con la que remató Menés fue lo más destacado del saludo. Mal picado por Raúl López, al sacarlo del caballo fue prendido Alejandro Lalana, que no pudo continuar la lidia. Se caracterizó por la transmisión el novillo en el último tercio. Se arrancó pronto, humilló -a veces con violencia- y lo hizo todo con importancia. Menés firmó una faena desigual. Dentro de la misma hubo momentos de mucha entrega de ambos. Bajo el tendido 7 firmó una tanda relevante. Se terminó rajando el novillo, demostrando que las diez arrancadas con posibilidad de triunfo habían sido fruto del genio. El torero fue silenciado.
Madrid, domingo 7 de abril de 2019. Novillos de Hermanos Sánchez Herrero, de excesivo volumen aunque agradable cara. De variado juego, bueno el tercero. Miguel Maestro, saludos y silencio tras aviso; Abel Robles, leves pitos tras tres avisos y silencio tras aviso; y Daniel Menés, silencio en ambos. Entrada: Un cuarto. El banderillero Alejandro Lalana sufrió durante la lidia del sexto un puntazo en el muslo izquierdo, pendiente de estudio.