La pincelada del director

Amor y drama, guerra y lujo

José Luis Benlloch
domingo 14 de abril de 2013

El primer gran duelo de la feria, Manzanares y la Maestranza, acabó respondiendo a las expectativas. Costó pero resultó. Fue un guión perfecto. Mejor aún, poco predecible. Hubo amor y drama, guerra y lujo, suspense y final feliz, terceros en discordia que se interpusieron en la felicidad de los prota, gente con prisas ¡celosos! por acabar con el romance del alicantino y Sevilla sin caer en la cuenta que cuando el amor es auténtico no hay quien lo rompa o como ese victorino agrio, vivaz, ligero de carnes y listo como una ardilla que saltó en tercer lugar y acabó llenando la plaza de incomprensión. Que la Maestranza, o parte de la Maestranza, rechazase unos doblones cargados de torería a un toro avisado es cuanto menos preocupante. Que se lo hagan mirar. Todo ello generó tensión, polémica, eso es evidente, pero también hubo toreo bueno que nunca acababa de frenar la cuesta abajo de una tarde que parecía torcerse toro a toro, gota a gota y todo acabó dándose por bien empleado con el desenlace final porque bien está lo que bien acaba.

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