La gente se muere a chorros en este país nuestro de los pecados de un manojo de políticos de vía estrecha, y ya se comienza a hablar de la tercera ola del Covid-19. Y sin embargo tal parece que lo único que le importara al Gobierno Iglesias-Sánchez es ponerle palos en las ruedas a la fiesta de los toros, obviando que, entre todos los países del mundo en cuanto a acierto en las medidas para afrontar la pandemia, España figura en el vagón de cola. Ahí están los datos en los periódicos, incluso en los apesebrados. Que viene de pesebre…
España comienza a escribirse con equis, porque cada día que pasa se parece menos a la que supo hacer historia y dio tantos hombres y mujeres de categoría mundial en los ámbitos científicos, literarios, musicales e incluso políticos. Entendiendo por política el arte de convivir en paz y armonía dando pasos de futuro hacia un mundo mejor. No haría falta dar nombres porque están en la mente de todo español con un mínimo de cultura. Pero mencionemos por ejemplo a Cervantes, Unamuno, García Lorca, Machado y Alberti en el aspecto literario, a Severo Ochoa en el científico y a Falla y Albéniz en el musical. Y hay muchos más, que deberían recordar los depredadores de una de nuestras seculares señas de identidad, como es el arte del toreo, que con tanta saña combaten en cualquier ocasión que se les presenta, los politiquillos de aluvión que ahora nos mal gobiernan.
Uno no acaba de entender cómo permanecen callados ante tanto desvarío, solapado en unas ideas que se reducen al afán de poder omnímodo, hombres como Felipe González, Alfonso Guerra y toda aquella pléyade de jóvenes políticos que bebieron en las fuentes de un socialismo que Llopis supo mantener vivo en el exilio durante la dictadura militar, personalizada por el general Franco apoyado en el capitalismo-opusdeísta durante cuarenta largos años. ¿Qué hubiéramos pensado los españoles si cuando aquellos jóvenes rebeldes luchaban por hacer de España un país democrático hubieran utilizado como percha el antitaurinismo y los restos de una organización terrorista como ETA?
Ni al PSOE de González ni a ningún partido de la derecha democrática se les hubiera ocurrido jamás, para mantenerse en el poder, tratar de acabar con la fiesta de los toros ni pactar con los Otegui ni con los Rufián y otros especímenes de clara raíz independentista. Ni por supuesto con quien “ni ellos ni el noventa por ciento de los españoles podrían dormir tranquilos”. Pero cuando el único objetivo es mantenerse en el poder a toda costa, todo es posible. Estas cosas solo pueden ocurrir en la ex-España que sueña la santa alianza Iglesias-Sánchez.
Me gustaría hablar con Paco Brines, el reciente y merecidamente nombrado Premio Cervantes, con cuya amistad me honro, sobre la actitud del ministro Uribes respecto a la fiesta de los toros que él siempre ha amado tanto. Paco es un gran aficionado y ver una corrida de toros a su lado es un privilegio. He visto muchas en su compañía en la plaza de toros de Valencia, y les aseguro que no se le escaparía ninguna palabra ofensiva para nadie, porque es un caballero, pero movería la cabeza con un gesto de pesar y se le escaparía una sonrisa amarga.
