TAL DÍA ESTA SEMANA... 30 DE JULIO DE 1982

Dadito, el miura para el que se pidió el indulto en Valencia y ante el que Esplá bordó el toreo

Alfonso Ávila
martes 26 de julio de 2022
Hace cuarenta años, el diestro alicantino realizó una de las faenas de su vida al toro de Eduardo Miura en la Feria de Julio

Con tres cuartos de entrada se celebró el octavo festejo de abono de la Feria de Julio de Valencia. Se lidiaron cinco toros de Eduardo Miura, bien presentados, ovacionado el quinto, y se le premió con la vuelta al ruedo al segundo de la tarde, para el que la plaza pidió mayoritariamente el indulto. La corrida fue remendada con un sobrero de Núñez Hermanos. Ruiz Miguel sacó todo el partido posible al que abrió plaza y dio una meritoria vuelta al ruedo tras petición, mientras que el diestro valenciano José Hernández “El Melenas” cumplió con el sobrero de Núñez Hermanos que cerraba plaza, dando una vuelta al ruedo. Pero lo más reseñable de la tarde se vivió con el segundo astado, un bravo toro de Miura que se encontró con Luis Francisco Esplá, un torero en plenitud.

Tal y como escribió el director de Aplausos por aquel entonces, Salvador Pascual, “Dadito es el nombre de un toro memorable, un toro para la historia. Llevaba el número 80 y salió en segundo lugar. Bravo y metiendo muy bien la cabeza en el capote. Esplá lo puso de lejos para el primer puyazo arrancándose con mucha alegría, empujando y estando a punto de derribar. El torero, que le dio muy buena lidia, lo volvió a poner de lejos para la segunda vara y se arranca pronto y alegre empujando con la cabeza fija. Le pegan fuerte y se le queda la puya enhebrada. Tercer  puyazo también desde lejos, pronto, con fijeza y repite por tercera vez con arrancada de bravo y alegre. La plaza era un clamor. Pese a lo que le ha pegado el picador, Dadito tiene gas y entra muy bien al capote de Ruiz Miguel, en un quite por chicuelinas. No se duele ni escarba en banderillas y antes de clavar desafía al banderillero no con el berreo cobarde, sino con el mugido ofensivo alargando el cuello y escondiéndolo. Toro muy bravo para la muleta, repite y repite con un son y una alegría que hace al público pedir el indulto del toro. Toda la plaza se llena de pañuelos pidiendo que no lo maten e incluso así lo piden después de pinchar Esplá. Murió en los medios y le dieron  la vuelta al ruedo mientras el público pedía que le dieran una segunda”.

El propio crítico tuvo palabras de elogio para su matador, el diestro alicantino Luis Francisco Esplá: “Ya se sabe que los buenos toros descubren a los malos toreros. Un toro tan bravo es muy fácil que deje en evidencia a cualquier torero. Sin embargo, Esplá estuvo colosal aprovechándolo totalmente y no era cosa fácil. Es la vez que mejor lo he visto, superior incluso a su tarde con los victorinos en Madrid. Toreó hundiéndose con un son, un temple y un gusto realmente extraordinario. Fue una pena que mató de tres pinchazos y media estocada e incomprensiblemente el público solo lo ovacionó. ¡Qué plaza!”.

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