BENLLOCH EN LAS PROVINCIAS

Educando jóvenes para afrontar la lidia de la vida 

José Luis Benlloch
domingo 29 de octubre de 2023
La escuela taurina de Valencia cumple cuarenta años entre las más reconocidas y exitosas de su género 

La Escuela Taurina de la Diputación de Valencia, una de las más acreditadas y fructíferas de las de su género en España, acaba de cumplir cuarenta años de lozana vigencia. No es prestigio gratuito ni casual. Asentado por un apoyo continuado y decidido de la institución provincial al margen del símbolo político de quien ocupaba la responsabilidad máxima, posicionamiento que ha reafirmado recientemente la nueva corporación a través de Vicent Huet, ha impartido durante este tiempo una formación completa, educando jóvenes para afrontar la lidia de la vida y forjando toreros para vivir con entereza y principios la lucha del toro.

La Escuela nació como un punto y seguido a los concursos de Monte Picayo, donde se dieron a conocer muchos de los jóvenes que poco después se convertirían en primeras figuras, desde Ponce a Juli, contó en su primera etapa con un elenco de profesores, esa fue la otra clave de su éxito, que se identificaban a la perfección con lo que siempre se entendió como escuela/estilo valenciano que se había transmitido hasta entonces de una generación a otra de una manera libre y nada institucionalizada pero muy enraizada, surgida fundamentalmente de las formas elegantes y lidiadoras del gran Granero sin olvidar el poderío exuberante de Félix Rodríguez, por no hablar de un dominio de la suerte de banderillear muy generalizado en la que se dieron auténticos genios, sin que por ello se coartase la personalidad de cada alumno.

La nueva Diputación reafirma su apoyo al toreo respaldando su enseñanza

Los primeros maestros de la actual escuela están en el recuerdo de todos. El legendario Honrubia, hecho en la escuela privada de un viejo y sabio banderillero valenciano que se anunciaba como Guerrillero. Proverbial era la primera lección que impartía el maestro a los chicos cuando llegaban a la escuela previa a enseñarles a manejar capotes o muletas, que no consistía en otra cosa que en ponerlos a andar por el ruedo hasta que lo hiciesen como él consideraba que debía andar un torero y así se acababan los toreros zafios o desgarbados. Graneret fue otra institución, que, viniendo del mismo lugar, había llegado a tener una escuela propia en el barrio de Patraix, en el que privaba la pulcritud y el aseo lidiador. Antonio Vera tuvo igualmente lugar destacado entre los primeros profesores con los que engarzaba a la perfección con unas formas muy armoniosas de torear y junto a ellos, pronto apareció el entrañable, eterno, Camiserito, todos bajo la dirección de Francisco Barrios “El Turia”, un trueno con mucha personalidad, menos escuela y mucha vida que les dejaba hacer.

A este último le sucedió en la dirección Manuel Carrión que había sido alumno de la escuela y posteriormente fue Toni Gázquez quien asumió tareas administrativas más amplias. En el recuerdo quedan otros profesores a riesgo de olvidar alguno, Manolo Montoliu, Julián García, Copetillo, Andrés Blanco, Juan Carlos Vera… y una larga lista hasta llegar a los actuales Víctor Manuel Blázquez y José Manuel Montoliu, formados en la propia escuela

Los frutos desde el principio fueron magníficos. Alberto Ballester, Juan Carlos Vera, Víctor Manuel Blázquez, Jorge Mazcuñán, Juan Rafael López, Rafael Valencia, Perpiñán, Senda, El Jose, entre los que cabría situar a Enrique Ponce por mucho que pronto abandonase Valencia ante la prohibición de torear en público con motivo de su corta edad… compusieron las primeras promociones.

La escuela es depositaria de un estilo valenciano que se transmitía hasta su apertura de una manera libre y nada institucionalizada

A las sensaciones de éxito que generaba la Escuela, se le fueron añadiendo cifras incontestables. Treinta y cinco matadores de toros, un número mucho más extenso de aspirantes que llegaron a debutar con picadores, banderilleros y profesionales sin olvidar la formación de otros a los que la suerte o las cualidades no les acompañaron y se quedaron como aficionados. Todo ello fruto de una enseñanza teórica y práctica que este curso ha alcanzado cifras impensables de otros tiempos: más de cincuenta alumnos matriculados, cien festejos toreados entre novilladas sin picadores y clases prácticas en las principales plazas de España, Francia y Portugal, la tienta de más de doscientas becerras de encastes diferentes, cifras quiméricas en otros tiempos no lejanos incluso para los profesionales.

Vicent Huet: “El presidente ha cogido el toro por los cuernos”   

“La Diputación siempre estuvo orgullosa de tener la responsabilidad de una plaza de toros de primera categoría y eso, que no va cambiar con esta corporación, comporta que además de la tutela de la misma, asuma la responsabilidad de la escuela taurina que en la actualidad vive su mejor momento”, inició Vicent Huet, director de gabinete del presidente de la Diputación, con implicación directa en materia taurina, esta breve charla con Las Provincias.

Huet reconoce que la escuela funciona muy bien en un momento difícil: “Es como navegar contra corriente cuando existe un sector de la sociedad que no es muy amplio ni tampoco mayoritario, pero que aun así criminaliza la tauromaquia. Que pese a ese ambiente, la Escuela haya alcanzado los cuarenta años de vigencia en plena expansión es una gran satisfacción para el presidente y para toda la corporación”. 

El presidente de la Diputación de Valencia, Vicent Mompó, en su intervención este sábado ante los alumnos de la Escuela Taurina

El presidente de la Diputación de Valencia, Vicent Mompó, en su intervención este sábado ante los alumnos de la Escuela Taurina

  

Respecto al posicionamiento frente a los toros de la nueva corporación que preside Vicent Mompó, Huet asegura que el presidente es un gran aficionado, “más a los festejos de la calle que de la plaza, mientras que yo soy de ambas modalidades”. Y añade que la prueba de su interés por la tauromaquia es que quiso quedarse con la responsabilidad directa de áreas de gestión que consideraba muy relevantes como son agricultura, fiestas y tradiciones, normalización lingüística, comunicación y toros…. “quiere que la plaza de toros brille como nunca, que sea un espacio de encuentro tanto taurino como cultural en la ciudad de Valencia. Así que se puede decir sin eufemismo que ha cogido el toro por los cuernos”.

Todo ello se traduce, asegura, con una intención de crecer presupuestariamente en el apoyo a los toros en todas las modalidades, incluso con un presupuesto directo a lo largo de la legislatura. 

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