LA PINCELADA DEL DIRECTOR
Foto: Vicent CanellesFoto: Vicent Canelles

El estilismo de Juan Ortega como gran atracción

José Luis Benlloch
martes 12 de marzo de 2024
La mascletà, los amigos, la comida, la tertulia y… los toros, ese es el buen orden de un día de Fallas

Más allá de las figuras que se anuncian cada año, las corridas de Fallas son por sí solas uno de los grandes eventos de la temporada taurina: la ciudad, los monumentos, la primavera, el ambiente, la ganas de vivir, la plaza más bonita de todas (para mí, sí) son plato fuerte de la propia Fiesta. Y en ese marco las tardes de toros son el componente indispensable de un buen día de Fallas, la mascletà, los amigos, la comida, la tertulia y los toros, ese es el orden. Y que siga la jornada. Si ha habido gloria para celebrarlo en las veladas nocturnas y si no para aliviar la pena a la espera de la siguiente. Este año en lo estrictamente taurino hay carteles de gran interés. Están las figuras más relevantes del momento, Morante, Roca Rey, Manzanares, Talavante, Castella, Cayetano, Ureña, sin olvidar al gran Pablo Hermoso de Mendoza que viene a despedirse con el estatus de mejor rejoneador de las últimas décadas; están también los Emilio de Justo, Fandi, el emergente Borja Jiménez y el sevillanísimo Pablo Aguado, que siempre merece que se le espere, pero los últimos días ha emergido un nombre que reluce especialmente, Juan Ortega, un sevillano de Triana que más allá de las cuestiones personales que le llevaron a las primeras páginas de los medios, sus últimos logros en la plaza le han convertido en centro del máximo interés.

Ortega es artista de los llamados de culto, más de faenas que de temporadas, de tal manera que cuando cuaja una los afortunados que han tenido la suerte de presenciarla lo hiperbolizan apasionadamente. Seguro que tiene límites técnicos, seguramente también de aquello que en el toreo llaman valor, tampoco sabemos si su predisposición al heroísmo existe y todos convienen en que precisa de un determinado tipo de toro que no sale con frecuencia, pero nada importa si usted tiene la suerte de presenciar una de sus faenas. Si la tiene, dese por privilegiado, no lo olvidará.

PUBLICADO EN EL DIARIO LAS PROVINCIAS

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