La Puebla del Río era una fiesta. Morante ha creado una atracción en torno al toro en la que se vuelca todo el pueblo. Por la mañana con los encierros, por la tarde con la novillada -en la que se agotó el papel-. Cuidado hasta el más mínimo detalle: la banda, las mulillas, los alguacilillos, los clarines y timbales. Un ambientazo con un alto porcentaje de jóvenes en los tendidos.
El Exquisito firmó la mejor faena de la tarde con el tercero de Hermanos Quintas, de origen Martínez. Un novillo complicado, que se venció en exceso especialmente por el derecho por lo que le propinó dos fuertes volteretas. Se sobrepuso con torería y el novillo se rajó del todo. Dos orejas.
Daniel Fernández, de Espartinas, mostró firmeza de plantas. Brindó su novillo a Morante que escuchó una fuerte ovación. Se impuso al novillo que se desplazó especialmente cuando le llevó por abajo. Dos orejas.
Abrió la tarde con estilo el rejoneador Vasco Veiga que lidió con las querencias de su oponente. Intervinieron los forcados de Joao Braga logrando la pega en el tercer intento. La novillada de Quintas no dio facilidades y el resto de actuantes mostraron inmensas carencias más allá del oficio.
Morante triunfó con una organización espléndida respaldada en masa por sus paisanos y por numerosos profesionales como los rejoneadores Fermín Bohórquez, Diego Ventura, Rui y Duarte Fernandes. Los matadores de toros Tomás y Manolo Campuzano, Rivera Ordóñez, El Tato, Alejandro Talavante, Daniel Luque, Mario Diéguez, Pablo Aguado, El Rafi y Oliva Soto, con su apoderado Rafael Peralta.
También acudieron los novilleros El Melli, Manolo Vázquez y los sin caballos Mariscal Ruiz y Javier Zulueta, entre otros. Y no faltaron rostros ilustres como doña Elena de Borbón.
La Puebla del Río (Sevilla), sábado 20 de enero de 2024. Erales de Hermanos Quintas. El rejoneador Vasco Veiga, silencio; y a pie Álvaro Romero, oreja; Manuel Luque “El Exquisito”, dos orejas; Daniel Córdoba, dos orejas; Daniel Fernández, dos orejas. Entrada: Lleno. Actuaron el grupo de forcados Los Amigos de Morante, que resultaron ovacionados.
