(Foto: Arjona)Samuel ha querido enseñarme el lago artificial de El Palomar. Es como una aparición en el paisaje marrón de la otoñada manchega. Treinta hectáreas de aguas tranquilas y azules nacidas del sentido de la previsión, el pragmatismo y supongo que también de la cartera poderosa de la casa. El resultado es una espectacular reserva de agua que se utiliza para regar la vega cuando los años de sequía agotan el río, este año no ha habido caso porque el Guadalmena ha bajado vivo y caudaloso todo el tiempo, y también como zona de esparcimiento para los chicos que plantan sus campamentos de verano a su alrededor. Los cañares y vegetación que han surgido en su ribera gracias a la simientes que transportan las aves, además de quitarle cualquier atisbo de artificialidad a la obra, han acabado de integrarlo en el paisaje como algo propio y lo ha convertido en una reserva de jabalíes y lugar de cita de las reses que acuden a abrevar. La suma de todo lo convierte en un espectáculo fantástico y comprendes de inmediato el interés de Samuel en que lo viésemos.
– “Para levantar la ganadería empecé a buscar casta porque esa casta luego modulada genera la nobleza, que es consecuencia de la entrega. Si no hay casta y agresividad no habría entrega gracias a la cual los toreros, con su geometría y su técnica, pueden realizar las faenas artísticas”
– “Ya no tiento los machos con la varita. Los quemo directamente. Habida cuenta de lo que tardan estos animales de casa en sacar su bravura y en centrarse, debo haber abierto la puerta a muchos novillos que hubiesen sido grandes sementales. Así que ahora saco directamente el caballo y lo toreo de primeras”
– “Nuestros toros no dejan de ser toristas por el respeto que ocasiona su trapío. A un toro muy noble, anovillado y con los pitones finos por la cepa la gente no le da importancia, pero con un toro igual de noble pero con esa badana, con esa gorja y esos pitones blancos y recios por la cepa, con el trapío de lo nuestro, te valoran”
– “En un semental, lo primero es que tenga una buena genética por parte del padre y del abuelo… exijo cuatro generaciones. Es tan importante en nuestra casa el abuelo materno como la madre y casi tanto como el padre. Los saltos atrás son una realidad”
– “El momento actual me aconsejó reducir y cualquier vaca, por buena que fuese, que tuviese un marronazo en sus antepasados, ha ido fuera porque dentro de lo bueno siempre está lo mejor. He dejado la flor de la flor, ciento veinte vacas para lidiar cuatro o cinco corridas. Tiempo habrá de abrir la mano”
– “Los encastes están prácticamente desaparecidos. Es una pena. Va contra el interés del toreo y ha hecho mucho daño a la auténtica afición a la fiesta de los toros, que es la torista, porque el principal elemento es el toro, sin toro no habría Fiesta”
Lea AQUÍ la entrevista completa en su Revista APLAUSOS Nº 1938
