La pincelada del director

El riesgo agazapado

José Luis Benlloch
domingo 21 de abril de 2013

La Feria acabó tinta en sangre. A Juli, Gallito de nuestros días, le abrieron las carnes en la patria de Gallito justo cuando más seguro parecía, cuando más lidiador, cuando más poderoso se mostraba en el ruedo, digo yo que cuando comenzaba a faltarle el respeto a los toros de tan sobrado que parecía. Duele pero no extraña o al menos no debería extrañar a no ser que se tenga una idea sesgada del toreo. Es el riesgo agazapado. El peligro perenne. La posibilidad de que la fiesta se convierta en drama forma parte de la esencia misma del toreo por mucho que lo queramos obviar. Esa tendencia siempre la hemos tenido. La propia seña Gabriela, esposa y madre de toreros, ya la sentía con su hijo, con Gallito… Para coger el toro a José tendría que pillarle en el hotel… dijo y miren lo que ocurrió en Talavera. Eso es lo que distingue a unas artes de otras, que en el toreo se muere de verdad algo que por obvio o manoseado nunca dejó de ser cierto. Por algo la corrida es el drama interpretativo más real de la modernidad, aserto que conviene repetir para que nadie se lleve a engaño, para que nadie se pierda en la intransigencia crítica y caiga en la estulticia.

Lea la entrevista completa en su Revista APLAUSOS

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