Las ganaderías de bravo no serán excluidas de las ayudas de la Política Agrícola Común (PAC). Lo ha ratificado la propia Comisión Europea: “No se espera que esa propuesta tenga ningún impacto particular en términos de distribución de la ayuda”, ha afirmado con rotundidad, antes de exponer los motivos y salir en defensa de la ganadería.
A la pregunta planteada por la eurodiputada Mazaly Aguilar, la Comisión aclara taxativamente que “en el marco actual de la PAC no hay ayudas destinadas a apoyar la ganadería de reses bravas. Desde la reforma de 2003, los agricultores y ganaderos pueden recibir pagos directos con independencia de la producción o el destino del producto, ya que la gran mayoría de los pagos son pagos disociados. Aunque no se excluye que los Estados miembros puedan apoyar indirectamente a los ganaderos de reses bravas mediante la concesión de ayuda asociada voluntaria, el uso final de los animales subvencionados no se rige por las normas de la Unión”.
En esta intervención, la autoridad europea ha puesto en valor el papel medioambiental de la ganadería autóctona de bravo: “Los pastos seminaturales resultantes de pastos de uso extensivo son un ecosistema muy valioso y amenazado que requiere una protección y una gestión adecuadas en la UE, independientemente del destino del ganado herbívoro. La Comisión se ha comprometido a incentivar los métodos de producción ganadera más sostenibles y eficientes en términos de emisiones de carbono”.
De esta manera, Europa ratifica que este tipo de ayudas van enfocadas a apoyar a las actividades agrícolas y ganaderas sin entrar a valorar el destino final de las producciones. Cabe recordar que el pasado mes de octubre el ministro de Agricultura, Luis Planas, aseguraba que estas enmiendas que pretendían discriminar al toro de lidia no tenían ninguna posibilidad de prosperar. Europa ha dado la última palabra.