El 6 de junio de 1918 Diego Mazquiarán “Fortuna”, Francisco Posadas y Joselito “El Gallo” trenzaron el paseíllo en Sevilla para inaugurar la segunda de las plazas de toros de la capital hispalense, un coso Monumental construido dada la afición creciente en toda España a raíz de la rivalidad entre Joselito y Belmonte, los dos colosos del toreo de la época. El primer toro que pisó el albero fue “Vallehermoso”, de Contreras, y la primera oreja la paseó Joselito.
Joselito y sus seguidores fueron quienes impulsaron el proyecto de construir un coso Monumental en Sevilla. Se eligió para su emplazamiento el castizo y muy torero barrio de San Bernardo, donde se encontraba también el matadero de la ciudad, auténtica escuela taurina de muchos matadores de toros sevillanos.
La idea de la construcción no cayó bien entre muchos aficionados sevillanos, celosos del prestigio del incomparable marco de la Maestranza, levantado dos siglos antes, pero en 1916 arrancaron las obras y el 6 de junio de 1918 tuvo lugar el primer festejo.
Construida con cemento armado, la plaza tenía capacidad para 23.000 espectadores -unos 10.000 más que en la Maestranza- y fue diseñada en estilo neoclásico por los arquitectos José Espiau y Muñoz, que también dirigió la obra, y Francisco Urcuola Lazcanotegui.
La Monumental de Sevilla contaba con todo tipo de dependencias: cuatro corrales, una corraleta para comodidad del apartado y doce chiqueros. El ruedo medía sesenta metros de diámetro y en él hizo el último paseíllo en la ciudad de Sevilla Joselito “El Gallo”. Fue el 23 de abril de 1920, menos de un mes antes de la mortal cogida del Rey de los Toreros en la toledana localidad de Talavera de la Reina.
Tras el fatal percance de José Gómez Ortega y algunos problemas de estructura y seguridad del coso, el Gobierno Civil clausuró la plaza en 1921, registrándose el último festejo el 30 de septiembre de 1920, con Maera, Facultades y Joselito de Málaga como actuantes.
El coste de su destrucción y allanamiento hizo que aún tardara varios años en ser derribada. En la actualidad pueden contemplarse algunos restos de la plaza Monumental en la Avenida Eduardo Dato, antes calle Monte Rey, frente a los jardines de la Buhaira.
