REPORTAJE

Hace 70 años… el primer Pentecostés

Raquel Barba
jueves 02 de junio de 2022
En 1952, dos corridas de toros, una de ellas de gran éxito, inauguraron un serial que convertiría la tauromaquia en Nimes en todo un acontecimiento

A primeros de junio de 1952, hace ya 70 años, la ciudad de Nimes, uno de los buques insignia de la tradición taurina en el sudeste de Francia, se engalanaba para celebrar su primera Feria de Pentecostés, un acontecimiento que marcaría la historia taurina de la ciudad y que se mantendría año tras año, albergando grandes eventos que pasarían a la historia, hasta llegar a cumplir este año 70 años de historia.

A punto de que dé comienzo el serial, en este reportaje recordamos los detalles que envolvieron aquella Feria de 1952.

CONTEXTO HISTÓRICO

Finalizada la Segunda Guerra Mundial en 1945, Francia afrontaba unos años de recuperación económica tras la contienda en los que paulatinamente se iría restableciendo el orden normal de la sociedad. Entre esos planes de recuperación también entraba el recuperar la afición a la tauromaquia. Ese fue precisamente uno de los objetivos de Ferdinand Aymé, entonces director de las Arenas de Nimes, aunque lo hizo avanzando con cautela, dada la situación económica. Una vez mejoró, todo fue viento en popa.

Otro de los acontecimientos a tener en cuenta en aquellos años fue la ley Grammont, que penalizaba el maltrato animal (aunque la tauromaquia fue tolerada desde 1932), pero fue entonces cuando se actualizó con una especificación, que eximía de su aplicación aquellos casos en los que hubiese una tradición local ininterrumpida, como es el caso de las corridas de toros.

HA NACIDO UNA FERIA

Antes de 1952, las corridas de toros ya se celebraban en Nimes. De hecho, los archivos ubican la presencia de las corridas de toros en el año 1863. No obstante, no existía un acontecimiento específico alrededor de ellas al que acompañase un ambiente propiamente festivo. Se limitaba, únicamente, a lo que pasaba en el ruedo.

Fue entonces, y aprovechando que Nimes acogía el 37º congreso de la Federación de Sociedades Taurinas de Francia y Argelia, cuando representantes de la sociedad taurina de la ciudad se reunieron para crear algo nuevo.

El cartel con el que se anunció la primera edición de la feria más importante de Nimes.

Fue exactamente el 5 de marzo, miércoles. Representantes de Circle Taurin Nimois, Amis de Toros, Aficion Cheminote Nmoise, Union Taurine Nimoise y Club Taurin de Saint-Césaire, las cinco asociaciones taurinas del momento en la ciudad, con Jean Lauret, del Circle Taurin Nimois, como presidente del comité organizador, se reunieron en el entonces Café de París para debatir sobre la posibilidad de la creación de un acontecimiento que envolviese la celebración de los festejos taurinos. La propuesta le fue presentada más tarde a Ferdinand Aymé, director de las Arenas, cuyo veredicto fue, como es evidente, favorable. Fue en ese café, en ese día y de la mano de cinco grandes aficionados, cuando nació oficialmente la Feria de Pentecostés, la más importante de la ciudad francesa.

LA FERIA

Para el primer Pentecostés no se escatimó en gastos. La apuesta era importante y las cartas tenían que salir favorables, pues todas las esperanzas estaban puestas en esa nueva iniciativa por reconstruir la afición taurina en Nimes.

Los festejos mayores se agendaron para el 1 y el 2 de junio, pero la presentación de la Feria de Pentecostés se realizó ya dos días antes. El viernes 30 de mayo el serial se inauguró con una capea que contó con la participación de Pedro Romero, novillero afincado en Arles. Al día siguiente fue el turno de la Corrida Camarguesa, que contó con profesionales como Falomir, Douleau, Palor, Volle y Fidani, y el famoso toro camargués Vovo, de Aubanel. Completaban la programación otras actividades tales como un espectáculo cómico taurino, un herradero, exposiciones de arte taurino e incluso un partido de baloncesto en la misma plaza de toros, entre otros.

Finalmente, la puesta de largo vino con las dos corridas de toros del domingo 1 y el lunes 2 de junio. Como no podía ser de otra forma, para la mejor feria no podían faltar los mejores nombres y las mejores ganaderías. Fue, además, una feria de un marcado sello español.

Rafael Ortega fue proclamado triunfador de la feria de 1952.

La primera corrida de la historia de la Feria de Pentecostés a protagonizaron Pepe Dominguín, Luis Miguel Dominguín y Rafael Ortega. En un principio, la ganadería anunciada fue la legendaria Miura, un hierro a la altura de un acontecimiento de tal magnitud. No obstante, tales animales no pudieron finalmente saltar al ruedo. ¿El motivo? Algunos de los toros, si no todos, fueron víctimas de la fiebre aftosa, una enfermedad viral muy contagiosa. En su lugar se lidiaron astados de Urquijo.

La primera corrida sería el primer éxito de la historia de Pentecostés, empezando por el lleno total que registró el anfiteatro en sus tendidos. En su edición del 5 de junio, el semanario El Ruedo relataba entre sus páginas la crónica: “En su primero, Pepe Dominguín realizó una faena
adornada y mató de una estocada, entrando bien. Ovación y petición de oreja. En el otro estuvo valiente y mató de media estocada. Ovación”. Fue en el segundo de la tarde cuando llegó el punto más alto de la tarde, que tendría una réplica similar al tercero: “Luis Miguel Dominguín consiguió en su primero una buena faena y mató de una estocada. Ovación, orejas, rabo y vuelta al ruedo”. En lo que respecta al tercer lidiador, Rafael Ortega, recoge El Ruedo: “Logró una gran faena en el tercero de la tarde, que mató con una colosal estocada. Dos orejas y vuelta al ruedo”, al igual que relata un curioso episodio con el que cerró plaza: “Al sexto la presidencia ordenó que fuera retirado del ruedo, pero como tardaban en llevárselo, Ortega lo lidió, logrando una faena lucida y matándolo de una estocada. Ovación, oreja y vuelta. Al sobrero lo despachó de una estocada. Ovación y dos orejas”.

Tal fue el revuelo que generó la primera corrida que la publicación francesa Midi Libre tituló en su edición del lunes 2 de junio: “Luis Miguel Dominguín mostró toda su maestría y Rafael Ortega por su valor triunfó, estoqueando indiscutiblemente tres toros y cortando seis orejas”.

Ese mismo día se libraba la segunda y última corrida de la primera Feria de Pentecostés. Los toros portugueses de Moura fueron finalmente los contratados para el fin de fiesta después de que se lidiasen los urquijo, pensados para esta corrida, en la del día anterior. No permitieron sin embargo que la terna se luciese, compuesta esta por Luis Miguel Dominguín, que hacía doblete, Julio Aparicio y Antonio Ordóñez.

 

Mismo día, mismo lugar

Foto: Anthony Maurin

El pasado 5 de marzo se cumplieron setenta años de aquella reunión entre cinco asociaciones taurinas que daría el fruto de la Feria más importante de Nimes hasta ahora. Aquella reunión tuvo lugar en el Café de París que hoy, sito en el Boulevard Víctor Hugo y de nombre Le Napoleón, continúa en pie preservando el recuerdo de aquel día.

Mismo día y mismo lugar, un gran número de aficionados se dieron cita para revivir aquella efeméride que setenta años después todavía permanece intacta entre los muros de aquel Café de París.

El evento contó con una exposición de carteles y documentos de la época, imágenes en vídeo, y con la presencia de numerosas personalidades locales y de la esfera taurina, entre los que se encontraban actuales representantes de las asociaciones organizadoras de la primera Feria.

En un tono más festivo, cogieron el relevo de la celebración, entre otros, la Orquesta Chicuelo II, que anima las corridas de toros en Nimes, además del DJ Jérome Fesquet, nieto del exdirector de la plaza de toros Ferdinand Aymé.

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