El exiministro socialista Corcuera, junto a Morante de la Puebla.José Luis Corcuera estuvo al frente del Ministerio del Interior de 1988 a 1993 con Felipe González como presidente del Gobierno. Entonces los toros dependían de Interior. Corcuera, buen aficionado a los toros desde su niñez en Bilbao, sacó adelante una Ley Taurina (1991). En una reciente entrevista concedida al diario El Mundo, ha analizado en conversación con Zabala de la Serna la postura de la izquierda actual: “La intelectualidad y la izquierda, y no digamos en la II República, gustaban del espectáculo taurino y se distinguían a la hora de defenderlo. Hoy en día han cambiado tanto las cosas que la izquierda, o lo que sea, progresistas se llaman ahora, no tiene nada que ver”.
Pablo Iglesias, actual vicepresidente del Gobierno, reconoció públicamente que le incomoda reconocer la Fiesta como parte de la cultura. Corcuera le responde con contundencia en el diario nacional: “Lo que diga Iglesias me importa tres pimientos. Si él tiene la libertad para decir lo que le parezca bien, yo tengo la misma libertad para discrepar abiertamente de él y de su ideología. Por tanto, si a él le gusta mucho más esa señora que sale en las televisiones diciendo que hay que acabar con los gallos porque violan a las gallinas, qué le voy a hacer. Lo importante es que a quienes queremos defender los toros nos dejen hacerlo. Sin las corridas, el toro desaparecería. Salvo que cada uno de estos adopte uno y lo críe hasta edad longeva”.
“Si a Iglesias le gusta mucho más esa señora que sale en las televisiones diciendo que hay que acabar con los gallos porque violan a las gallinas, qué le voy a hacer. Lo importante es que a quienes queremos defender los toros nos dejen hacerlo. Sin las corridas, el toro desaparecería”
La sensatez de José Luis Corcuera llama poderosamente la atención tras las inoportunas declaraciones del Ministro Uribes: “Es que algunos antitaurinos quieren vernos comiendo hierba. Cuando no es el toro, es el chuletón lo que les molesta. Los lunes sin carne quieren ahora. Hablan desde un absoluto desconocimiento. Como algunos eruditos tertulianos. En las plazas de toros se da el espectáculo más democrático del mundo. Eso lo obvian estos progresistas que a mí me parecen reaccionarios cuando dicen que es la burguesía la que va a los toros. ¿Qué burguesía hay en el Tendido del «7» de Madrid? ¿Y en el sol? ¿Qué es esto de dividirnos también en esto? Miren al sur de Francia y cómo el Estado protege la celebración de las corridas. Estos pretendidos progres llaman fascistas a otros cuando, si hicieran un ejercicio introspectivo de mirarse dentro, verían el fascismo en tecnicolor”.
“Algunos antitaurinos quieren vernos comiendo hierba. Cuando no es el toro, es el chuletón lo que les molesta. Los lunes sin carne quieren ahora. Hablan desde un absoluto desconocimiento”
CONOCER LA FIESTA
Corcuera, que mantiene intacta su afición al toreo, ahondó en su conocimiento de la Fiesta mientras estuvo al frente de Interior: “Lo conocí más en profundidad. Yo ya era muy amigo de Ángel y Rafael Peralta. Pero tuve la ocasión de ver cómo se trata en el campo a los toros. Y veía el mimo que se le da al toro, el cuidado. No hay animal en el planeta que sea tratado durante cinco años como el toro. Llegué a la conclusión de que los toros, obra de la naturaleza, son producto de las manos del ganadero y su capacidad para moldearlos. Para que tengan más pitones, más cara, más trapío, más o menos bravura… O como decía la ganadera vasca Dolores Aguirre, para que sean un poco alimañas. Esas cosas no están al alcance del común de la sociedad. No saben nada de la selección, la preparación, el manejo, la alimentación… Desconocen todo lo que implica criar toros bravos. Hay que abrir las ganaderías al público. Es digno de ser visto y explicado. La vida de un toro es mucho más larga que la de cualquier animal de su especie. Pues ahora llega un mindundi de cuarta como Iglesias y pone en cuestión lo que es parte de la cultura de este país. Y quien no coincida con él es insultado”.
“En las plazas de toros se da el espectáculo más democrático del mundo. Miren al sur de Francia y cómo el Estado protege la celebración de las corridas. Estos pretendidos progres llaman fascistas a otros cuando, si hicieran un ejercicio introspectivo de mirarse dentro, verían el fascismo en tecnicolor”
Cuestionado por Zabala de la Serna sobre el tránsito en 2011 de los toros del Ministerio del Interior al de Cultura, Corcuera considera que no fue un acierto para la Fiesta: “Tienen la parte fundamentada de ser un hecho cultural. Pero a mí, que conozco en algo la política, me gustaría depender de uno de los ministerios importantes de un Gobierno. Y, aunque parezca mentira, Cultura no lo es. Habrá alguno que diga que debería serlo. Sí, muy bien, pero no lo es”. Además, calificó de “indecente” la discriminación a los profesionales taurinos en las ayudas destinadas a la cultura por la actual crisis del Covid-19.
EL MITO DE LAS SUBVENCIONES
Otro punto destacable de esta entrevista es el tema de las siempre polémicas subvenciones. El análisis de Corcuera no deja indiferente a nadie: “Las subvenciones se daban en aquellos lugares pequeños donde los ciudadanos exigían a su ayuntamiento que hubiera festejos taurinos en sus fiestas. Es verdad que se ayudaba para que hubiera corridas, pero también se pagaba a cantantes para que fueran gratis a efectos de taquilla… ¡Ah, eso es posible y lo otro no! Siempre usan dos varas de medir. Y si el cantante es de izquierdas, ni le digo. La actividad taurina es un motor generador de riqueza”.
“¿El traslado del toreo a Cultura? A mí, que conozco en algo la política, me gustaría depender de uno de los ministerios importantes de un Gobierno. Y, aunque parezca mentira, Cultura no lo es”
SU REFORMA DEL REGLAMENTO
“«Es dificilísimo poner de acuerdo a todos los estamentos de la tauromaquia», me advirtió mi antecesor. Pero yo tenía un asesor que me insistió tanto que retomé el asunto. El reglamento vino luego, primero fue la ley. Lo importante del asunto es que hasta entonces se venía regulando por decretos o normas ordinarias. Me reuní con todos los estamentos taurinos. Jamás olvidaré una reunión con los matadores. Allí estaban Camino, ya retirado, y el número 1, que era Espartaco. Y toda la torería andante. Y me llamó la atención cómo unos a otros se llamaban maestro con un respeto reverencial y un orden jerárquico”, explica sobre la famosa Ley Taurina en la que se abrieron varias batallas como la famosa amenaza de huelga de los picadores: “Con los picadores tuve más problema. Incluso me amenazaron con ir a la huelga. «Si quieren acabar con aquello que representan», le dije, «háganla». No tenía la menor duda en rebajar el peso del caballo y reducir el peto. Como modificamos también las puyas. Obtuve un respaldo general”.
