(Foto: Manolo Briones)(Foto: Manolo Briones)

José Tomás ya está en casa

El de Galapagar fue dado de alta una semana después de la cogida
Guillermo Leal
lunes 03 de mayo de 2010

El torero de Galapagar ya está en su casa mexicana. El sábado fue dado de alta en el Hospital Miguel Hidalgo de Aguascalientes. A su salida, José Tomás dio muestras de agradecimiento en un comunicado que él mismo leyó. Los médicos todavía no se han atrevido a pronosticar una fecha de reaparición.

Al medio día del pasado sábado concluyó la primera parte de lo que parecía dramática historia que se inició en la ciudad de Aguascalientes ocho días antes, justo cuando el torero de Galapagar, José Tomás, cayó herido casi de muerte en la Monumental, donde precisamente en mayo de 1994 sufrió su bautizo de sangre.
La cornada que “Navegante”, de Pepe Garfias, le dio al torero español fue espeluznante. El pitón izquierdo del toro se clavó en el muslo izquierdo, el mismo donde fue herido hace 16 años, sólo que en esta ocasión los destrozos fueron mayúsculos.
“La herida de 20 centímetros de longitud en la cara anterior del tercio superior del muslo izquierdo tuvo varias trayectorias que interesaron piel, tejido celular, masa muscular, seccionando la arteria femoral profunda, lacerando la arteria femoral superficial y lacerando también la vena femoral superficial, lo que provocó shock hipovolémico gravísimo que puso en peligro la vida del diestro”, informaron a media semana los doctores, quienes se habían percatado de la confusión que existía en los partes médicos que se dieron desde el mismo momento de la cornada.

 

Al medio día del pasado sábado concluyó la primera parte de lo que parecía dramática historia que se inició en la ciudad de Aguascalientes ocho días antes, justo cuando el torero de Galapagar, José Tomás, cayó herido casi de muerte en la Monumental, donde precisamente en mayo de 1994 sufrió su bautizo de sangre.

La cornada que “Navegante”, de Pepe Garfias, le dio al torero español fue espeluznante. El pitón izquierdo del toro se clavó en el muslo izquierdo, el mismo donde fue herido hace 16 años, sólo que en esta ocasión los destrozos fueron mayúsculos.

“La herida de 20 centímetros de longitud en la cara anterior del tercio superior del muslo izquierdo tuvo varias trayectorias que interesaron piel, tejido celular, masa muscular, seccionando la arteria femoral profunda, lacerando la arteria femoral superficial y lacerando también la vena femoral superficial, lo que provocó shock hipovolémico gravísimo que puso en peligro la vida del diestro”, informaron a media semana los doctores, quienes se habían percatado de la confusión que existía en los partes médicos que se dieron desde el mismo momento de la cornada.

Lea el artículo completo con el testimonio del médico que operó a Tomás en su ejemplar de APLAUSOS.

 

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