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José Tomás: Ya soy aquí

El impacto de la semana ha sido la confirmación de la vuelta de José Tomás. Ya estoy aquí, dijo por boca de Boix y Casas. Bienvenido le respondió el mundo. O algo parecido…

Durante horas no hubo más noticia. Tanto que oscureció San Isidro y/o Jerez o las dos a la vez que era donde la torería activa se batía el cobre. Qué digo ensombrecer las ferias, hasta la campaña electoral tuvo que bajar el ruido por unas horas. Se lo agradecemos. A JT, no a la campaña. Era una vuelta cantada.

Los medios acostumbrados a leer los criptogramas y filtraciones varias del entorno, lo dábamos por hecho a falta de confirmación. En aplausos.es lo advertíamos: Esta semana lo anunciará, dijimos. Lo retrasó dos días sobre esa semana. Por cierto, y a cada cual lo suyo, los compañeros de aplausos.es en su tremenda ascensión, gracias a ustedes por clickearnos que es un nuevo verbo de la comunicación, madrugaron la noticia al resto de medios el mismo día de la rueda de prensa: Esta tarde en el Wellington… y sucedió.

No se sabe mucho más que será en Valencia, el 23 de julio. Lo demás son especulaciones y rumores que es la línea informativa que tanto le ha reportado al diestro. Dejar que digan y alimentar el que digan le ha funcionado. A la Feria de Julio y al empresario también les va a funcionar. O eso creemos a pesar de las cifras mareantes que se rumorea que va a cobrar, otra vez los rumores, que no hacen más que engrandecer su leyenda. De toda la vida el dinero de los toreros ha servido para medir su categoría y hay cifras que entraron directamente en la leyenda, como las 33.333 pesetas que le dio Pagés a Belmonte para su reaparición o las trescientas mil de Manolete o el millón de El Cordobés, un kilo fue la frase que abrazó la sociedad española como sueño… y por ese camino no sé cuál será la próxima, quizás los cien millones de José Tomás. Quizás. A mí me parece bien que los toreros vuelvan a ganar como los que más. Sobre todo si lo generan. De otra forma, por cierto, no se lo darían. Lo que no me parece tan bien es que haya que dar tantas vueltas: si un personaje como JT es capaz de acallar por un rato una campaña electoral, vale un potosí, así que debe cobrar un potosí.

El tío lo genera, pues lo cobra. Y luego que responda en la plaza. Ver a Manolete en determinadas tardes costaba más que ver al resto. Lo que no se entiende es que ver a Tomás Sánchez, De la Rosa y Calvo en feria vaya a valer lo mismo que ver a José Tomás. La martingala no hace más que esconder responsabilidades y potenciar el mercado negro. Sin que valgan las cifras, no lo tomen más que como una referencia, para ver la final de Copa del Barça-Madrid las tribunas costaban en taquilla 250 euros, una salvajada y nadie protestó ni sobraron entradas y eso que sólo la tribuna de Mestalla duplica sobradamente en localidades al aforo total de la plaza, pero para ver el Valencia-Levante la tarifa bajaba a 100. Pero tiempo habrá de darle vueltas a los detalles del gran acontecimiento, a la corrida, a los compañeros, a las anécdotas, a si compite o no compite, ahora la clave es que la noticia ha vuelto a poner la Feria de Julio en el mapa taurino y a Simón Casas en el top empresarial el mismo año en que sale a concurso Madrid, detalle que no tiene nada de casualidad.

Por todo eso, por la revitalización de la Fiesta, de la feria, de la ciudad… la reaparición de todas las reapariciones la veo fenomenal, que se ponga un diez el francés, sólo adivino un riesgo, que se produzca una desatención empresarial o lo parezca, hacia los otros grandes que llegue a ofender y desencadene una guerra. Es muy posible que suceda, todo depende del grado de orgullo de los auténticos gallos del escalafón, los que van a torear más de quince corridas al año, los que sí compiten. Si se produjese a todos nos gustaría que esa batalla se librase en los ruedos, desde la presencia y no desde la ausencia. En ese punto radica el segundo reto de Simón.

PUBLICADO EN EL NÚMERO 1755 de APLAUSOS de ESTA SEMANA