La pincelada del director

Juego de reyes, juego de poderes

José Luis Benlloch
domingo 06 de octubre de 2013

Vaya semana. Ha sido como si las isobaras del toreo se hubiesen vuelto locas. Como si no estuviésemos en otoño o precisamente por ello. Se acaba la temporada y la gente toma posiciones, hay altas y bajas presiones por doquier, eso, sobre todo presiones, parece que el que no presiona no manda; hubo/hay desengaños, amorosos y monetarios, lógico; también hubo luz en el Congreso ¡al fin avanzan, avanzamos! y triunfos en la plaza, alguno contra pronóstico, nunca aprenderemos que a la gente en el toreo no se le puede dar por enterrada hasta que no está enterrada que luego llega el puntillero o uno de Victoriano del Río y la pone en pie, bien Manuel, coño, bien, esa zurda salvadora, ese Madrid cariñoso, esa tele que lo canta… si hablan de buena suerte que hablen con motivos, luego hay que aprovecharla y tú la aprovechaste, llegado esos momentos debe ser como jugar al póker y ganar ¡te envidian! seguro, tan seguro como que tú has toreado mejor en esa plaza y se hicieron los longuis; ha habido también, las sigue habiendo, tempestades soterradas en los despachos, la generalidad -la tropa cuenta menos o nada- a la generalidad de los generales me refiero, esos andan en pie de guerra, no he dicho organizados, al menos si miras hacia el bando empresarial, otra cosa es el bando torero que tiene más lírica y un mando más unificado, en cualquier caso el que esté libre de pecado ya sabe… eso va para los dos bandos, que tire la primera piedra.

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