REPORTAJE
Un toro de Arcadio Albarrán en la dehesa extremeña.Un toro de Arcadio Albarrán en la dehesa extremeña.

La borrasca Efraín, un drama para la ciudad y una bendición para el campo

Antonio Girol
jueves 15 de diciembre de 2022
Los miles de metros cúbicos que durante estos días han caído en Extremadura han paliado las catastróficas consecuencias de la sequía que venía padeciendo esta tierra en los últimos meses

La borrasca Efraín, que curiosamente comparte nombre con el menor de la dinastía de los Girón, aquellos magníficos toreros venezolanos de mitad del siglo pasado, dejó inundaciones en bastantes poblaciones de a un lado y a otro de la dos provincias extremeñas. Sin embargo, no todo han sido desgracias porque el campo bravo ha puesto muy buena cara a los miles de metros cúbicos que durante estos días han caído en una tierra que ya estaba exhausta por la pertinaz sequía que llevábamos padeciendo durante meses. Así lo atestigua la voz autorizada de ganaderos y mayorales como la de Victorino Martín: “Estas lluvias han sido muy buenas para los pantanos. En nuestro caso, las buenas para el campo fueron las primeras con buena temperatura, que es lo importante para las hierbas”.

En idénticos términos se pronuncia Curro Carrillo, mayoral de Los Espartales: “A nosotros nos ha venido de lujo porque teníamos charcas que aún no habían cogido agua y ahora están todas llenas y corre bien la ribera. Además, hacía mucha falta para la arboleda, que en verano se estaban secando algunas encinas”.

El diestro Manuel Caballero, que tiene fijada su residencia en la provincia de Badajoz, como tantos otros maestros que colgaron el traje de luces por los zahones camperos, también relata los beneficios de la lluvia en Coto Mayor de Vera, la finca en la que pasta la ganadería de Juan Manuel Criado: “Aunque el agua haya dañado algo, que ha podido ocurrir en algún sitio que se haya llevado alguna cerca o cosas por el estilo, es mucho mayor el beneficio que ha hecho porque nos hacía mucha falta de que lloviese”.

Así está la finca Coto Mayor de Vera, donde pasta la ganadería de Juan Manuel Criado.

Similares a las palabras de Caballero son las de Borja Domecq: “Nosotros no hemos tenido ningún percance, ni ningún desperfecto. Al contrario, gracias a Dios ha llovido que tanta falta hacía y esperemos que no deje y tengamos un invierno lluvioso”.

Cerramos este periplo por el campo bravo extremeño, recogiendo las impresiones de Jaime Albarrán, ganadero junto a sus hermanos del hierro de Arcadio Albarrán: “En Pedro Martín no ha llovido con la misma intensidad que en otros puntos de la geografía de la región. Aquí, por ejemplo, aún tenemos charcas que no se han terminado de llenar, pero lo que sí nos ha venido muy bien ha sido para la yerba”.

Y es que ya lo dice el refrán popular: “Nunca llueve a gusto de todos”. Pero lo importante de verdad es que llueva y así se palien las catastróficas consecuencias de la sequía.

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