La Pincelada del Director, por José Luis Benlloch

La Fiesta acosada (como siempre pero más)

José Luis Benlloch
martes 05 de septiembre de 2017

Calendario taurino y calendario litúrgico van de la mano. Una prueba más del enraizamiento social y cultural de la Tauromaquia. Sentimientos íntimos del pueblo. También sentimientos acosados: acosan los anti, acosan los intransigentes que en muchas ocasiones no son más que unos anti con prisas y acosan los aprovechados que son tan anti como los anteriores. Calendario taurino y calendario litúrgico van de la mano. Una prueba más del enraizamiento social y cultural de la Tauromaquia. Sentimientos íntimos del pueblo. También sentimientos acosados: acosan los anti, acosan los intransigentes que en muchas ocasiones no son más que unos anti con prisas y acosan los aprovechados que son tan anti como los anteriores. Los primeros avanzan a golpe de jornal, tanto pagas tanto grito, a más pasta más pancarta; los otros son dogmáticos y lineales hasta confundir, qué diré, la sierra con el llano, la capital con la aldea y practican el realismo pidiendo imposibles, son unos listos que disfrazan la ignorancia con la exigencia extrema; y los últimos, los de dentro, se creen que todo vale, que el corral es suyo y lo asalto cuando me peta. Todo ello sin olvidar a una Administración que en el mejor de los casos se pone de lado y espera con la mano extendida al tren vencedor. Y en ese ambiente, que no digo que sea nuevo pero sí se ha extremado en exceso los últimos tiempos, el toreo, un sentimiento en esencia, sobrevive y avanza solemne como un trasatlántico confiado en las velas de sus arcaísmos, que digo yo que no deben ser tan malos si nos han traído hasta aquí. Así que modernicémonos pero sólo lo justo.

Ahora, superado el ferragosto y la Asunción vamos camino de otra fecha clave de la temporada, el 8 de septiembre, día en el que se conmemora a las Vírgenes aparecidas y se aprieta la agenda de festejos a pesar de tanto acosador. Tiempos hubo en que llegado este día España era una enorme plaza de toros, ahora me apuntan que es un enorme campo de fútbol, espectáculo al que los medios especializados le quieren conferir cualidades terapéuticas, sociales y hasta divinas para coser España. Eso dicen, ese es el fervor periodístico que genera la pelota y les lleva a olvidar las grescas y algaradas que tanto cuestan a las arcas públicas y tanto contrastan con el pacifismo de las plazas. Toros y fútbol no tienen por qué ser enemigos o antagónicos pero hay que convenir que los de la pelota nos han pegado un bocado sustancioso. Igual tenemos que aprender de su positivismo.

Acosan los anti, acosan los intransigentes que en muchas ocasiones no son más que unos anti con prisas y acosan los listos del todo vale, que son tan anti como los anteriores

En lo artístico la semana ha tenido sus cosas. El sábado los ecos de Ronda llegaban a todas partes. Pedro Toledano, más en primera fila del paquirrismo que nunca, y Crivell, otro fijo en la cita, hablan de una tarde de grandes emociones y muchos amigos, dicho sin retranca. Amigos en el capítulo final de una historia bonita que pudo ser mejor como todas las historias, pero que contó con las luces suficientes para ser una gran historia aunque sólo fuese la continuidad dinástica que supone o por aquellos años de los tres tenores… Ronda y su goyesca es un modelo de corrida propio y tan necesario como otro y cabe analizarla en lo que es, en lo que siempre fue y en lo que tanta dimensión social y taurina le dio. Tiene un escenario fantástico, tiene público, una envoltura lúdica que siempre acompañó a las grandes ferias, tiene historia, tiene figuras y tiene el toro seguramente que siempre tuvo, ni más ni menos… La combinación, cuando la sombra del anonimato y la soledad es una amenaza real y, por tanto, una de las grandes preocupaciones de los aficionados, le hace acreedora del proteccionismo necesario. Otra cosa no se entendería. Tanto suspirar por las plazas llenas, tanto lamentar la desafección de los medios de comunicación, tanto quejarse de la falta de atención a los novilleros -la víspera, nunca falla, hubo una sin caballos- y cuando se produce hay quienes se encasquetan el birrete de catedráticos en la materia y se cabrean. No se entiende. O sí.

Tanto suspirar por las plazas llenas, tanto lamentar la desafección de los medios, tanto quejarse de la falta de atención a los novilleros y cuando llega Ronda hay quien se encasqueta el birrete de catedrático en la materia y se cabrea. No se entiende. O sí

Desde Bayona ese mismo día me envió André Viard una foto de Paco Ureña homenajeando al toro sencillamente extraordinaria. Ya corre por las redes entre piropos y reconocimientos. Búsquenla si no la han visto. De premio. Por el fotógrafo que la supo ver y captar, por Ureña, gran temporada la suya, en actitud de absoluto respeto al toro, y por el toro, que no acababa de rendirse pese a la estocada que campea en la cruz. Una composición que resume muchos de los valores que avalan el toreo por encima de modas e intereses. Me la encontré a la vuelta de Requena, otra de las muchas plazas de España que necesitan positivismo y ayuda para subsistir. El ganadero de Los Eulogios soltó una corrida acorde a lo que han sido este tipo de plazas pero muy buena, con toros de mucha clase y toros de mucha bravura como un jabonero quinto o como el cuarto por no mentar al mínimo primero del que tengo que decir que nunca encontré un amigo que embistiese mejor. Padilla disfrutó y enardeció al público que juró la bandera del pirata y abdicó del guión del aburrimiento. Jesús Duque se pudo medir a sí mismo y Varea le hizo cosas preciosas al nobilísimo sexto, lo necesario para reencontrarse como espero que haya sucedido. Pero por encima de todo la mejor noticia de la tarde fue la satisfacción final de la mayoría del público con lo sucedido. Se fueron de la plaza felices y no seré yo quien les trate de ignorantes. Esa es su fiesta. Naturalmente que hubo muchas orejas, diría que siguiendo la tradición, y también algún desubicado pidiendo rigores impropios y ajenos a la realidad. También los aceptamos y hasta es posible que en su justa medida convengan. Y ahora toca apretarse el cinturón, llega septiembre, el día de la Virgen y España volverá a parecer un inmenso ruedo. A cuidarse de los anti, de los intransigentes y de los listos del todo vale.

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