BENLLOCH EN LAS PROVINCIAS

La Quinta, el feliz rescate de un encaste

José Luis Benlloch
domingo 27 de noviembre de 2022
Los legendarios santacolomas recuperan protagonismo sin renunciar a su esencia; la familia Martínez Conradi obró el milagro con fe, dinero y tiempo

Vivaces, proporcionados, mayormente cárdenos, finos de cabos, degollados de papada, ligeros y bajos de alzada frente a las exigencias mastodónticas de los últimos años, peleados con las básculas, dulces como rosquillas, pero también, no se fíen, picantes como guindillas, que es refrán que, aunque se aplicaba a sus parientes los coquillas, les encaja a la perfección y por todo ello, se entiende, muy añorados por los aficionados. Son los santacoloma, que gracias a la versión Conradi 2022 de La Quinta, se ha convertido en uno de los grandes atractivos de la temporada que ha finalizado y en una pieza más en la reconstrucción del arco genético de las ferias. Se trata de un encaste emblemático en la historia de la ganadería brava al que las modas y los intereses -los aficionados y la autoridad los preferían grandes y gordos y los toreros normalizados y previsibles- los habían orillado hasta prácticamente su extinción. Su rescate de la marginación en las grandes ferias ha sido uno de los grandes hitos del año. Es un milagro más de la gente del campo, en este caso de la familia Martínez Conradi, que ha invertido tiempo, fe y dinero en un empeño de pura alquimia genética.

-¿Este ha sido el mejor año de La Quinta?… Hablamos con Álvaro Martínez Conradi, joven ganadero y responsable junto a su hermano Pepe de la recuperación del encaste al que las exigencias de peso actuales y también la incomodidad que el carácter de sus toros generaba a las figuras había quedado relegado de las ferias y situado en claro peligro de extinción.

-Yo diría que sí, que ha sido nuestro gran año sobre todo porque hemos lidiado en plazas de una categoría importante, donde los éxitos y los fracasos tienen mayor repercusión y también por las manos en las que han caído nuestros toros. Por todo ello ha tenido más resonancia.

“No hay renuncia, hay evolución. No creo que hayamos perdido la esencia ni las características del toro de santacoloma de siempre, solo lo hemos evolucionado”

– ¿Que los lidien las figuras es una ventaja?

-Sin menospreciar a nadie, las figuras del toreo potencian más las virtudes de los toros, sobre todo porque nuestro encaste exige meterse dentro de ellos para sacarles el fondo.

-¿Eso significa que hay que ser un especialista?

-Más que especialista yo diría que hay que ser buen torero.

-En la recuperación, ascensión y entronización ferial de La Quinta, Francia ha ido por delante de España.

-Digamos que nos vio primero, pero ya se nos han abierto plazas en España que antes eran coto cerrado.

En ese gran año que se podría denominar de la reapertura española, esperemos que definitiva para el encaste, sucedieron los triunfos de Santander, El Puerto de Santa María, Aranjuez, Madrid, donde junto a Juli dieron una tarde para el recuerdo… también Arles y sobre todo Dax, donde se indultó al toro Sardinero y se le dio la vuelta al ruedo la misma tarde a otro que curiosamente había estado en Madrid donde la autoridad no lo aprobó. Fue una tarde apoteósica en la que Daniel Luque estoqueó la corrida completa como único espada.

-Fue una tarde mágica. Muy intensa. Luque se entregó de una manera apasionada, cayó una gran tormenta, parecía que se iba a suspender y todo seguido se reanudaba, la gente abandonaba las localidades, pero volvía de inmediato y todo iba de menos a más, fue algo apoteósico e insisto en lo de mágico.

-¿Qué queda por alcanzar en España?

-Muchas cosas. Falta Sevilla principalmente, donde este año vamos a debutar con corrida de toros, será en la Feria de Abril y es algo que nos hace mucha ilusión, a nosotros y a mucha gente que nos espera. Pero nos quedan muchas plazas más, en Extremadura prácticamente no hemos lidiado y aunque en Valencia si nos hemos anunciado en feria de Julio, en Alicante o Murcia estamos inéditos.

“La corrida del debut en Sevilla será con el sello de santacoloma, una corrida muy sevillana, muy armónica, te diría que el toro de toda la vida”

El debut de Sevilla, donde sí han lidiado novilladas, tiene mucho de rompedor con la historia. Una ganadería tan de Sevilla como esta, que con los propietarios actuales no haya debutado después de treinta y cinco años y que, en manos de sus anteriores dueños, la familia Buendía, tiempos de máximo esplendor, solo lidiaran en una ocasión, tiene su curiosidad incluso su morbo y la mayor de las responsabilidades. Así que la elección de cada toro se hará bajo la máxima atención. En los cercados de Fuen la Higuera, rodeados de naranjos y mimos, hay en estos momentos una preselección de doce ejemplares de los que debe salir el lote final.

-Ahora toca darles tiempo y ver cuáles de ellos llegan en mejor estado de preparación. Queremos llevar la corrida que todos los que esperan este debut tienen en la cabeza que debe ser. Una corrida con el sello de santacoloma, sevillana, muy armónica, te diría que el toro de toda la vida.

EL TORO DE SIEMPRE

-El toro de toda la vida, dices, adaptado entiendo a los tiempos y exigencias modernas. No debe de ser fácil. Supongo que eso pasa por subirlos de todo, de peso, de arboladura…

-Más que subirlos lo que hemos buscado es un toro con mayor longitud de pitón, un toro con seriedad, pero nunca un toro mastodóntico ni regordío.

-Aun así, vuestros santacolomas son mucho más que los santacolomas referenciales de los años sesenta.

-Todas las ganaderías han crecido. Diría que todas se lidian con cien kilos más que en los años sesenta. Otra cosa sería inviable, no se aceptaría.

-¿Eso qué renuncia ha supuesto?

-No hemos renunciado a nada. Simplemente nos ha costado más tiempo adaptarnos al toro de hoy día. Es cuestión de selección, de probar muchos sementales hasta dar con la tecla. Lo que más trabajo nos ha costado es concienciar a los presidentes, veterinarios e incluso al público, porque al final las comparaciones se hacen y…

-… Y en esa pelea de los kilos lleváis las de perder…

-Ahí está el quid. Nosotros siempre hemos peleado por la diferenciación de cada encaste. La Fiesta tiene sentido cuando hay una variedad de toreros totalmente diferentes y cuando hay también una variedad de ganaderías diferentes y eso lo habíamos olvidado. Estábamos detenidos en un tipo de toro muy estandarizado y cualquier cosa que se saliese de esa norma no valía. Nosotros defendemos que el toro nuestro es de una forma concreta y si queremos que este encaste perviva tiene que ser con sus características zootécnicas y con su morfología acorde al encaste.

-En los obstáculos a la recuperación del encaste no hemos nombrado a los toreros que tienen sus preferencias y poder para hacerlas valer.

-La aceptación de los toreros cuando vas demostrando que una ganadería está en buen momento y que embisten los toros, es algo que cae por su peso, en cambio ha habido momentos en los que nos ha costado mucho más hacer entender a la autoridad en los reconocimientos que este toro es así. En eso Francia como te decía se adelantó a nosotros porque le importaba menos las modas y les interesaba más la esencia real de nuestro toro.

-¿En qué es mejor este santacoloma de La Quinta que el de los años sesenta?

-Existía la idea, y seguramente tendría su fundamento, de que el toro de santacoloma era de veinte pases y a matarlo, y ahora el toro de santacoloma nuestro, el bueno, cuando realmente da lo mejor, es de mitad de faena para adelante. Le hemos querido dar la vuelta a esa cuestión y lo estamos consiguiendo.

– ¿Y qué me dices del santacoloma embistiendo distraído y con la mirada perdida en los tendidos?

– Todos los encastes tiene defectos. Unos se rajan y buscan las tablas, otros cuando se rajan se paran y el toro rajado nuestro tiene ese defecto. Los hemos corregido en gran parte, si antes salía un sesenta por ciento ahora sale un diez de esos.

“Estos años atrás para darse quinientas corridas había en el campo novecientas y eso era muy cómodo para todos y una ruina para los ganaderos”

– ¿Y a qué se ha renunciado?

-A nada. No hay renuncia, hay evolución. No creo que hayamos perdido la esencia ni las características del toro de santacoloma de siempre, solo lo hemos evolucionado.

-Todos los encastes en su momento de despegue tienen un compañero de baile, un torero de referencia. El de los santacolomas de los años sesenta fue nada menos que Camino, quién es el de los actuales.

-No me atrevería a nombrar a ninguno, afortunadamente son varios. Este año hemos visto a un Juli magistral, a Talavante, a Luque, Roca Rey les cortó cuatro orejas en Arles, Perera indultó un toro en Santander, Morante hizo una faena extraordinaria en Aranjuez… No hay uno solo.

Ha lidiado siete corridas de toros esta temporada y para la próxima tiene ocho, con peticiones para todas y alguna más. En estos momentos tiene comprometidas en firme Arles, Sevilla y Madrid, que son las primeras ferias y asegura que repetirá en muchos sitios de la temporada pasada.

– ¿Todos esos éxitos tienen repercusión económica?

-No te quepa duda. Es la compensación al trabajo y a la dedicación. Si los éxitos no fuesen acompañados de una mayor cotización no tendría sentido.

– Un hombre de campo que no se queje no es común.

– Ahora mismo no me puedo quejar, pero debería quedar claro que venimos de una trayectoria de treinta y cinco años en los que se ha invertido mucho y en los que en ocasiones se ha perdido dinero. Por no nombrarte los años de pandemia, pero ahora mismo no me quejo.

– ¿Crees que el año que viene van a faltar toros?

-No creo que eso sea así, habrá los toros que la demanda requiera. Lo que no va a haber es el doble de toros de los necesarios como ocurría estos años atrás, en que para darse quinientas corridas había en el campo novecientas y eso era muy cómodo para todos y una ruina para los ganaderos.

-Que sigan embistiendo es la clave.

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