Noventa y tres primaveras, que se dice pronto. La Santamaría de Bogotá cumple este jueves 93 años y celebra esta efeméride a la espera de su reapertura. Fue un 8 de febrero de 1931 cuando la plaza de toros de la capital colombiana se inauguraba con un cartel integrado por Manolo Martínez, Mariano Rodríguez El Exquisito y Ángel Navas Gallito de Zafra, que lidiaron toros de Mondoñedo.
Aquel día, en el que por cierto no quiso perderse el evento el presidente de entonces Enrique Olaya Herrera, abría sus puertas La Santamaría, aún en obra gris, a una afición que colmó los tendidos, con capacidad para 15.000 espectadores y en un terreno donado por Ignacio Sanz de Santamaría, según se relata en Tendido7, extrayendo datos de la obra de los 90 años del coso en El Tiempo, que escribieron Víctor Diusabá, Diego Caballero y Rodrigo Urrego.
Fue así como con esta plaza de ladrillo se le ponía el punto final a 41 años de endebles y peligrosos cosos de madera que vivieron algunas tardes de toros en distintos sitios de Bogotá, para consolidar una afición, nacida a finales del siglo XIX. A julio de 1890 se remonta, dicen los autores del libro, la primera corrida de toros a la usanza española, en la Plaza de Los Mártires, en Bogotá.
La historia de La Santamaría cuenta antecedentes de la fiesta y los de la construcción. Pero la obra recrea los detalles del espectáculo de inauguración del siguiente modo:
“A la primera corrida asistió el entonces presidente de la República, el liberal Enrique Olaya Herrera, quien llegó a la cita inaugural acompañado por su ministro de Gobierno, Carlos E. Restrepo, y por Ignacio Sanz de Santamaría, a quienes esperaba en la puerta principal de la plaza Luis Carlos Montejo, la persona designada por el Municipio para presidir ese primer festejo.
(…) En los improvisados corrales de la plaza esperaban -estos sí con fama entre el público bogotano- los seis toros de la ganadería de Mondoñedo, de los señores Ignacio y José Sanz de Santamaría, y uno de reserva para el caso que se inutilice uno en el ruedo, según rezó el cartel inaugural, el cual fue impreso en la tipografía Specta. Las entradas, que se apartaban en la oficina de la empresa, situada en la carrera 7.ª No. 818, y a través de una llamada al número telefónico 20-95, se agotaron desde la tarde anterior”.
Han pasado 93 años desde aquella inauguración y hoy, la Santamaría aguarda su reapertura después de que el Instituto Distrital de Recreación y Deportes (IDRD) abriera hace meses el proceso de licitación para la gestión de la temporada taurina 2024 y después de que el Juzgado Cuarto Administrativo del Circuito Judicial de Bogotá fallara en contra de la orden del Concejo de Bogotá que prohibía el uso de la puya, banderillas y estoque en las corridas de la Plaza de toros de La Santamaría.
Con las artimañas permanentes de los animalistas, y como ya adelantó APLAUSOS en diciembre, la actual administración distrital de Bogotá, queda sin algunos de sus principales argumentos para continuar eludiendo la reapertura de la licitación para la adjudicación del operador de la temporada taurina de La Santamaría, escenario administrado por el Instituto Distrital de Recreación y Deporte (IDRD). Sin olvidar que fue precisamente el alcalde electo de Bogotá el que firmó en 2020 el acuerdo que desnaturalizaba la corrida, Carlos Fernando Galán Pachón, que en ese momento fungía como Presidente del Concejo.
No hay excusas, más que las que quieran dar. 93 años después, la Santamaría añora sus tardes de gloria. Una espera que ya desespera.