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Lío gordo en lo de Nazario

Hay que ver cómo disfruté el miércoles en el campo con una vaca de Nazario Ibáñez. Le hice todas las perrerías que quise, ahí os dejo el vídeo para que podáis comprobarlo. El día anterior también lo pasé en grande tentando en lo del Puerto y ayer pasé un mal rato viendo sufrir al bueno de Samuel Flores, que acaba de perder a su madre…

El martes, como os dije, viajé a Salamanca para tentar en la finca de Lorenzo Fraile, el ganadero de Puerto de San Lorenzo. Hizo mucho frío pero enseguida me calenté con las seis vacas que nos echaron a Esaú Fernández y a mí. Por cierto, vi a Esaú muy preparado y puesto con las vacas, haciendo todo con mucha facilidad. ¡Ah!, ¿y a que no sabéis a quién me llevé de reportero gráfico? A mi apoderado, Gonzalo González… Ahora entenderéis la calidad de las fotografías… ¡jaja!

Al día siguiente fui a Yecla, a la finca de Nazario Ibáñez. Tentaba con César Jiménez y cuando entramos en esa impresionante plaza cubierta que tienen no vimos a nadie: ni a Nazario, ni a su hijo Jorge, ni a su hermana Mari Carmen… El caso es que, mientras esperábamos a que alguien apareciera, volví a cruzarme con un futbolín y ya sabéis los que seguís mi diario que cuando veo uno no hay quien me paré… ¡Jaja! Lo demás, os lo podéis imaginar: echamos un par de partidas y aquello pareció el Barça-Madrid del otro día. No es que César jugara mal, pero yo llegaba con mucho sitio, rodado y curtido en mil batallas con los futbolines, y no hubo quien me parara… Total, que me llevé los tres puntos para casa.

Después, en el tentadero, César estuvo sobrado con las vacas, cuajando a placer a una de ellas que, para mi gusto, fue extraordinaria. Claro que no fue menos mala una de las mías, a la que le hice de todo: me la pasé por donde quise y como quise. La tenía ya tan metida en la muleta que me olvidé del cuerpo y de la técnica y me dediqué a disfrutar y a probar cosas nuevas. El campo no sólo es el laboratorio de los ganaderos, también es el de los toreros, que antes de hacer nada en la plaza y ante el público, hacemos nuestros experimentos antes con las vacas y los toros y a puerta cerrada. Tanto Lorenzo como Nazario nos invitaron a comer después de los tentaderos y, como suele pasar, ¡me puse las botas! En lo del Puerto fue a base de tortilla, salchichón, tomates… y en lo de Nazario a base de chuletas, lomo, panceta, chorizos, morcillas… Todo a la brasa y todo bien rico.

La verdad es que no siempre te tratan así de bien en los sitios, así que mi estómago manda desde estas líneas su agradecimiento a los dos ganaderos. Pero como todo no podían ser alegrías, ayer por la mañana pasé un mal rato en el entierro de la madre de Samuel Flores. Por allí estaban Ponce, Miguel Abellán, Daniel Ruiz, Fernando Moreno, un montón de matadores y banderilleros de Albacete… Se me revolvió el cuerpo cuando le di el abrazo a Samuel, que para mí es una excelente persona. Estaba hecho polvo y, aunque sirva de poco, vaya desde aquí mi más sincero pésame…

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