Los días 8 y 9 de junio de 1987 -estos días se cumplen treinta y tres años- Miguel Baéz Spínola “Litri” y Rafi Camino actuaron en Las Ventas para presentarse como novilleros. Si el primer día cerraba la terna Curro Romero, el segundo lo hizo Antoñete, y en ambas ocasiones los por aquel entonces “chavales” ganaron la partida a los grandes maestros. Así lo contó Aplausos.
Sobre la crónica del primer día, José Luis Suárez-Guanes, corresponsal del semanario en Madrid, escribía: “Con la presentación de Litri y Camino (hijos) hemos asistido al hecho más importante de toda esta serie de corridas. La emoción me invade al escribir esta crónica, pero creo que la cabeza (es decir, la realidad más evidente) vence al corazón, pues pienso que, emotividades aparte, nunca habíamos visto dos novilleros con mayores posibilidades desde que escribimos de toros”.
LITRI, OVACIÓN Y OREJA
De la actuación de Litri, que saludó una ovación en su primero y cortó una oreja de su segundo, afirma: “Parecía el mismo Litri aquel que revolucionó el toreo a últimos de los años cuarenta, aquel que -también ataviado de blanco y oro- consumó un importante ‘litrazo’ en su presentación madrileña el mismo día de la Ascensión de 1950. También aquel idéntico Litri que cortó hasta siete orejas en el plazo de una semana un año después, ya matador de toros, en aquellas históricas corridas de la Beneficencia y del Montepío de la Policía. (…) Pero este Litri nuevo -quizá un punto menos emotivo que el viejo- torea mucho mejor. Se queda igual de quieto, pero templa más, hace parecidos alardes, pero pone más arte en lo que ejecuta. (…) Este Litri me ha hecho gritar el olé de la añoranza, pero que es también presente y seguro futuro. Este Litri ha hecho que se me humedecieran los ojos de lágrimas por el recuerdo de la niñez, pero también por la realidad y la certeza de los hechos verdaderos y actuales. (…) Nadie, absolutamente nadie, ha toreado en esta feria con el ardor, la casta y las ganas de este Litri por el que corre sangre de cuatro generaciones de toreros”.
RAFI CAMINO, OVACIÓN Y VUELTA TRAS PETICIÓN
Sobre la tarde de Rafi Camino, que saludó una ovación en su primero y dio una vuelta al ruedo tras petición en su segundo, apunta: “Va a ser también torero importante y de los buenos. Toreó muy bien a la verónica a su primero, contestándole Litri con unos faroles. Camino pudo con el violento novillo, encajó su genio, sacó su aire congénito lidiador y hasta se dejó ver como diestro de gran clase en unos soberbios y largos redondos. (…) En el sexto toreó fenomenalmente a la verónica, anduvo bien a la res en sus comienzos y desgranó a continuación un toreo de gran fuerza y garra sobre la mano izquierda. Los naturales tuvieron una gran calidad: verdadero cante. Con la misma técnica y clase que su progenitor, pero -me atrevería a decir- con un punto más de pellizco, de sevillanía. Faena extraordinaria la de Rafi, la de refrendo de una figura para mucho tiempo. Volvió a andar a la res estupendamente en las postrimerías del trasteo y el pinchazo preliminar a la estocada disipó la merecida oreja. Día de gala para la Fiesta, día de esperanza. No voy a decir que asistiéramos al nacimiento de dos nuevos toreros, pero sí a la confirmación de dos nombres que ya han recorrido, y van a recorrer, todos los ruedos del mundo llevando como blasón la gloria de su linaje”.
Aquellos días, en los que se lidiaron novillos de Manolo González, las espadas impidieron que se cortaran más trofeos, pero ambos novilleros dejaron clara su proyección, especialmente Litri, quien, una jornada después, frente a utreros de Torrestrella, enloquecería de nuevo a Las Ventas, cortaría otro trofeo a pesar de marrar con la espada de nuevo, e hizo asegurar a Suárez-Guanes que estábamos ante “el torero de los noventa”.