ENTREVISTA

Luis Reina: “Soy como un coche de época, no me tienen que cambiar ni el motor ni las bielas”

Antonio Girol
jueves 30 de marzo de 2023
Cuando Luis Reina trence el paseíllo el próximo sábado escoltado por Alejandro Talavante y Emilio de Justo en el coso de su ciudad, Almedralejo, se habrán cumplido veintitrés años desde la última vez que se las vio con una corrida de toros

Aunque el torero extremeño desde entonces no ha dejado de testar la bravura en algún que otro festival, la responsabilidad en esta ocasión es mayor. A pocos días de la efeméride, charlamos con él. Y lo que más nos sorprende no es lo tranquilo y relajado que se encuentra sino la ilusión que tiene que es similar a la de los chicos que prepara día a día en su labor como máximo docente de la Escuela de Badajoz.

En las pasadas fiestas navideñas, el maestro Luis Reina (1 de abril de 1958) se tomó a pecho aquello de “año nuevo, vida nueva”. No en vano, fue por esas fechas cuando Alberto García, empresario de Tauroemoción, le tentó con una idea que se le había ocurrido en tierras colombianas: “Me llamó desde Cali y me dijo que como mi cumpleaños es el 1 de abril le parecía una fecha bonita para celebrarla toreando en Almendralejo”. Al torero le gustó la idea: “Yo me pensé que se refería a un festival. De hecho, me dijo que lo había comentado con Talavante y Emilio de Justo, que estaban allí, y que le habían dicho que para adelante. No me lo pensé dos veces creyendo que era un festival”.

Pero la idea del empresario era otra: “Cuando, después de Reyes, vino a Almendralejo, me dijo: ¿por qué no hacemos algo como lo del maestro Capea que a ti todavía se te ve ágil? Estábamos sentados y me empezaron las piernas a flojear –ríe de manera socarrona- porque en ese caso la responsabilidad era distinta”. Hace una pausa en la que se le marca la responsabilidad en el rostro: “Soy una persona decidida e inquieta y le dije que sí. Y como tengo el cariño y el respeto profesional de los dos matadores, y de sus apoderados que aceptaron gustosos, para mí fue un honor”.

-¿A quién fue al primero que le contó la noticia?

-A mi hijo Luis, que me alentó nada más decírselo. Ya después a mi mujer y a mi hija que fueron más recelosas. Y a la más difícil fue a mi madre, a la que hemos tenido un poco engañada hasta que no nos ha quedado más remedio que contárselo.

-¿Cuántas veces te han dicho que era una temeridad lo que ibas hacer?

-A quienes me lo han dicho les comento que sería más si fuese a bucear entre tiburones o hubiese decidido correr el Rally de la Vendimia. Eso sí sería una temeridad. La gente que me está viendo en el campo ha observado los progresos que he hecho en este mes y medio y eso me ha alentado mucho.

PREPARACIÓN

Pérdida de catorce kilos, que no son pocos, pero eso no basta para enfrentarse a dos toros veintitrés años después de hacerlo por última vez: “Ha sido una puesta a punto lenta. Yo digo que soy como un coche de época y no me tienen que cambiar ni el motor ni las bielas… Empecé a andar y a hacer una dieta sana, sin régimen –puntualiza-, y me ha venido genial para estar lo más ágil posible delante de los animales”.

Y ahí, delante de los animales, el maestro Reina ha sentido una vez más no solo buenas vibraciones con capote y muleta sino también del cariño que le dispensa todo el mundo: “No te puedes hacer una idea la de ganaderos que me han ofrecido tentaderos para mi preparación. Hasta el punto de que tenía más días de tentaderos que fechas en el calendario y no he podido atender a todas las proposiciones”, dice orgulloso y agradecido al mismo tiempo.

Entre esas jornadas camperas, dos muy especiales: en Jandilla y Juan Pedro Domecq, junto a Emilio de Justo y Alejandro Talavante, sus compañeros de terna el próximo sábado a partir de las seis y media de la tarde. Los dos diestros extremeños fueron también muy importantes para Reina a la hora de decidirse a dar el paso: “Tanto uno como otro cuando supieron que di el sí a la empresa me animaron y me dijeron: “venga que vamos a entrenar y nos vamos a preparar”. Aunque luego, como es normal por la exigente preparación que llevan los dos de cara a sus respectivas temporadas, hemos hablado más por teléfono que nos hemos visto en persona. En estos últimos días he compartido tentaderos con Emilio en lo de Jandilla y con Alejandro en Juan Pedro”.

MÁXIMA EXIGENCIA Y RESPONSABILIDAD

Los días, desde que se anunció la corrida, han sido de mucho ajetreo y una responsabilidad y exigencia desmedida: “Por el día te distraes, pero por las noches empiezas a cavilar y a ordenar la faena desde el paseíllo”.

-¿De esas noches, cuántas has soñado con la tarde del sábado?

-Muchas y todas positivas porque ahora voy a torear una corrida, con responsabilidad, pero sin la obligación de tener que ganarme el siguiente contrato. Lo que quiero es disfrutar y en el momento en que lo haga se lo voy a contagiar a la gente.

-Hablando de la gente. Te van a ver chavales menores de treinta años que nunca te han visto torear en directo, ¿qué sientes?

-He recibido muchos mensajes de jóvenes que me dicen que solo me han visto en vídeo y que les apetece ir el sábado a la plaza. Esto, que las nuevas generaciones también vean a toreros que sean espejos para otras generaciones, es otro aliciente más para mí de cara a la corrida. 

-¿Qué de lo nuevo cree que ha incorporado a su tauromaquia y qué cree que puede él aportar de su estilo en esta nuevo forma de torear?

-Cada uno tenemos nuestras formas y a muchos les han sorprendido mi forma de sentirlo y de lo que los toreros de mi generación aprendimos en aquella época. Pero también he aprendido de lo que he visto en los chavales de la escuela. Con la edad pierdes agilidad, hoy yo, a los toros, no podría hacerles lo que les hacía cuando tenía veinticinco años, pero ganas en poso y reposo y tienes un empaque que a los toreros jóvenes, que tienen espejos más recientes, igual les sorprende. 

Habla el torero, pero también lo hace el maestro en el más amplio sentido de la palabra: por madurez y por enseñante. ¿Qué te dijeron los niños de la escuela de Badajoz cuando se enteraron de que ibas a volver a vestirte de torero? “Al principio no se atrevían a preguntarme, pero al final empezaron los corrillos y todos me animaron. Conforme pasaban los días e iban viendo que me entipaba, decían: “el maestro se lo está tomando en serio”.

Su preparación no le ha hecho renunciar a la labor docente que ha seguido impartiendo cada tarde en el ruedo de la plaza de toros de Badajoz, en donde la escuela de la Diputación pacense tiene su sede. Una labor que ha sabido diferenciar desde el minuto uno. “Yo, cuando voy con ellos al campo, nunca echo pie a tierra porque el entrenador no tira los penaltis. Por eso, mis tentaderos no los he querido mezclar con los de la escuela, aunque me he llevado siempre a algún chaval de tapia”.

-Hablando de campo, ¿has podido ver el encierro de Juan Pedro en directo?

-No. ¿Por? No puse un interés manifiesto en verla cuando estuve en el tentadero. Pero la he visto en fotos y es una buena corrida de toros para Almendralejo.

CARIÑO DE LA AFICIÓN

Reina ha sido siempre un torero que ha tenido el favor del público de su tierra. Durante muchos años, cuando Extremadura no era el hervidero de toreros que es hoy día, gracias en buena medida a la labor que ha desarrollado al frente de la Escuela de Badajoz, fue la máxima figura de la región. Ese calor de los públicos nunca lo ha perdido. Y ahora se podría decir que ha brotado con más fuerza si cabe.

-Sé que la gente me va a recibir con mucho cariño porque va a haber un llenazo. Es cierto que siempre he sido un torero muy querido, pero ahora he tenido palabras de aliento de amigos de todo el mundo. Y van a venir muchos a verme. Mi trayectoria en los últimos veinticinco años ha sido conocida por mi labor en la escuela y durante todo este tiempo he seguido sintiendo ese afecto.

-¿De quién ha sido el mensaje que más te ha emocionado?

-He tenido llamadas de todo el mundo, pero las palabras más sentidas y cariñosas han sido las de Miguel Ángel Perera. Me ha hablado de torero a torero y eso me ha llegado. Si a mí me hubiesen dejado hacer este cartel lo hubiese hecho de seis u ocho toreros porque los conozco y los quiero mucho a todos.

-¿Habrá corte de coleta o dejará la puerta abierta? Se ríe antes de contestar.

-Hablando con Paco Méndez -el sastre pacense que le está haciendo el traje que lucirá el sábado-, le he dicho: “en los vestidos goyescos no se lleva coleta”. No sé lo que haré, la verdad.

-¡Suerte, maestro!

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