La señora alcaldesa de Gijón, Dª Ana González Rodríguez, socialista ella, y antidemócrata, ha cometido una alcaldada y ha prohibido los toros en su ciudad, aunque sin utilizar la palabra prohibir. Como a ella no le gustan los toros, o simplemente no quiere que haya toros en Gijón por razones no confesables, pues Gijón se queda sin toros, y al que le guste la tauromaquia o salga perjudicado con tal medida que se aguante. Allí manda ella y se hace lo que ella diga sin tener en cuenta otras opiniones.
Hemos de advertir que nosotros, desde el pasado año, cuando montó aquel episodio esperpéntico con el nombre de unos toros (Feminista y Nigeriano), para justificar que en el futuro prohibiría los toros, ya nos temíamos que pasaría lo que ha pasado, no porque tengamos especiales dotes de adivino, sino porque es como suelen actuar estas personas, más bien cobardonas, soberbias y de cerebro absolutista.
Cuando leíamos que el empresario de dicha plaza, don Carlos Zúñiga, insistía en dar toros en Gijón este año 2022, ya incluso habíamos comentado con varias personas que no los daría, porque Dª. Ana, con dos ovarios más grandes que los de una vaca y mente dictatorial, se lo impediría, simplemente mandando a un propio que, por coacción o a cambio de alguna prebenda, hiciera un informe diciendo que la plaza no reúne las condiciones suficientes para celebrar espectáculos taurinos. Y así ha sido, ha conseguido el informe de un técnico en ingeniería según el cual hay riesgo de hundimiento de los tendidos debido a unas filtraciones de agua. Curiosamente, un informe municipal del 12 de julio de 2021 certificaba el perfecto estado del inmueble. Esa técnica es muy antigua, pues siempre hay un sujeto que, de una u otra forma, se presta a hacer el informe falso, y no decimos que el informe de este año sea falso, lo que decimos es que hace pensar mal. Pero lo importante es que la alcaldesa ha conseguido lo que quería, prohibir los toros, pero no ha tenido la valentía de decirlo por las claras, ha actuado farisaicamente, pero tampoco esto es nuevo en las mentes totalitarias, como la suya. Ahora asistiremos a un periodo indefinido, de varios años, para reparar esas deficiencias, con lo que podemos asegura que mientras Dª Ana González tenga “el bastón de mando” en Gijón no habrá toros en el coso del Bibio.
Los animalistas, en general, le están haciendo mucho daño a la fiesta de los toros, pero sobre todo quien más daño le hace son los políticos animalistas por convencimiento o por interés, pues el movimiento animalistas tiene dinero para comprar voluntades de políticos cuya moral es más bien frágil, al tiempo que su soberbia y avaricia no tienen limite. Es decir, políticos de los que entran en la política con muchas deudas, y a los pocos años salen con coche de alta gama, amplio piso muy bien situado y chalet en zona de lujo. Eso por lo menos.
Y la realidad es que como doña Ana no quiere que haya toros en Gijón, pues los aficionados de aquel lugar se tienen que fastidiar y quedarse sin feria taurina, el empresario que tiene concedida la gestión de la plaza se tiene que fastidiar, los bares, restaurante y comercios en general, que podrían ingresar un dinero los días de toros se tienen que fastidiar, y así sucesivamente. Téngase en cuenta que una tarde de toros, con solo 5.000 espectadores, supone 600.000 euros para la economía del lugar, según el profesor Juan Medina (2013). Todo por el capricho de su alcaldesa que, por cierto, como se puede leer en Internet, es profesora de lengua española en un instituto. Puede que de lengua española enseñe mucho, pero de moral, de honestidad, de libertad, de democracia deja más que desear. Desgraciados los alumnos que caigan bajo su influencia.
