El plan de fomento y protección de la tauromaquia de José Ignacio Wert, en su enunciado es un proyecto serio y ambicioso que hay que saludar con satisfacción. Otra cosa es que se cumpla o no se cumpla...
El plan de fomento y protección de la tauromaquia de Juan Ignacio Wert, en su enunciado es un proyecto serio y ambicioso que hay que saludar con satisfacción. Otra cosa es que se cumpla o no se cumpla, porque ya es sabido que vivimos en el país con más leyes de occidente y en el que más a menudo los implicados en las mismas se las pasan por el forro. Así es que las pautas están servidas, ahora vamos a ver si todos nos decidimos a escribir dentro de las mismas, sin buscar rodeos para salirnos de los renglones. Incluso se han incluido en el texto presentado por el ministro medidas fiscales que faciliten la celebración de festejos taurinos. Esperemos que los responsables de la hacienda pública no se dediquen a poner la norma en la platina del microscopio en busca de rendijas por donde joder a los contribuyentes, que es lo que suelen hacer habitualmente. Que ya lo dejó claro Cervantes; este es un país de pícaros, tunantes y leguleyos.
Otra noticia positiva es que posiblemente Enrique Ponce vaya el año 2014 a la Feria de Abril de Sevilla y toree la de Beneficencia en Madrid. Algunos ya lanzan la especie que si lo hace es porque la próxima temporada puede ser la de su retirada. Siempre la negatividad. ¿Es que nadie está dispuesto a pensar bien en este pobre país? Pero quizás se equivoquen, porque Ponce está hoy por hoy por encima del bien y del mal, torea como nunca y la afición le rebosa por todos los poros de su cuerpo. Hay Ponce para rato. O si no al tiempo…
