La corrida de Fuente Ymbro había suscitado el interés por su imponente presentación. Desde que se publicaron las fotos en el campo y más tarde en los corrales, nadie se decidía a decantarse por qué toro gustaba más. Fue una corrida prototípica de esta plaza: rematada, llena, sus caras ofensivas, astifina, baja… Con esas hechuras era difícil fallar, aunque en esto de la bravura nunca se sabe. Además de su seriedad, fue buena, variada, mantuvo el interés desde el primero hasta el último. De todos, sobresalió un segundo, Iluminado de nombre, de clase superlativa. Y si los toros de Ricardo Gallardo pusieron alto el listón, Miguel Ángel Perera lo elevó también a mucha altura. Rotunda la tarde del extremeño, que paseó una oreja, escaso premio para como estuvo.
Castaño, muy astifino, imponía por delante el primero de la tarde. Se hizo daño en la mano izquierda en los primeros tercios. Y aun así, embistió mucho y con categoría el toro. Curro Javier recogió al mediodía el premio del Excelentísimo Club Taurino por el mejor par de banderillas de 2022. Pues el sevillano presentó ya su candidatura al de 2023 por el tercer par que clavó. Miguel Ángel Perera cuajó una faena templada, muy templada, ligada, sin tiempos muertos. Firme el extremeño, llevó cosida siempre la enclasada embestida de Sabueso. Le apretó Perera, con su exigente muleta, y respondió el toro. Pulseó con tacto, sin brusquedades, una faena sin fisuras. En el tramo final, una serie hilvanada y rematada en un palmo de terreno. Una estocada contundente tras las vibrantes manoletinas. Y una oreja.
Amplio el cuarto, con las puntas amenazantes hacia adelante, fue aplaudido de salida. Fue un toro que hubiera desbordado a cualquiera, a cualquiera menos a Miguel Ángel Perera. El extremeño no pudo estar más firme ni más dominador. Ni más quieto, ni más sobrado ni más capaz. Se lo pensaba el fuenteymbro escarbador y cuando arrancaba lo hacía con carácter, con disparo, alguno con muy mala intención. Muy exigente el toro. Cuando en el segundo muletazo parecía metido y gobernado el toro en la muleta, en la tercera arrancada se vencía descaradamente. Lamiendo las espinillas de Perera. Que aguantaba impasible. Domeñar aquella fiereza requirió el mayor de los esfuerzos. Y un corazón templado y una cabeza fría y despejada y lúcida como la del extremeño. La faena y la rotunda tarde de Perera en Bilbao merecía mejor final que el feo metisaca con el que despachó al toro.
UN ILUMINADO DE CONSAGRACIÓN
Juan Leal respondió con quietud por saltilleras a un quite poco lucido por tafalleras de Leo Valadez. El francés entró en sustitución de Daniel Luque. Oportunidad inmejorable. Brindó al público. El explosivo inicio tuvo de todo: los medios, las dos rodillas en la arena y el cambiado, hasta por dos veces, por la espalda. El de Fuente Ymbro tenía en sus embestidas un premio de los grandes, de consagración. Bravo. A buen seguro que será de los que se recordarán al final de la feria y de la temporada. No cabía mayor profundidad en sus embestidas. Muy completo, de una clase superior. Y de un ritmo sostenido especial. Para disfrutarlo, para saborear el toreo. Pero al francés se le vio más cómodo en la corta distancia, en ese toreo más cercano al ¡ay! que al que te saca un ¡olé! Para ese momento, el toro ya había enamorado a todos y la faena de Leal se había vivido con frialdad. Se le pidió la vuelta al ruedo al toro, merecida, pero Matías, impertérrito en el palco, no asomó el pañuelo azul. Quien quiso darla fue Leal, pero algunas voces contrarias le obligaron a meterse en el callejón.
Aplaudido el quinto, que enseñaba las palas, otro toro de preciosa estampa. Dos espectaculares pares de Marco Leal desataron una ovación que siguió en el brindis al público. Fue un toro bueno que requirió y mereció mejor y distinto trato al que se le dio. La faena del francés estuvo cargada de enganchones. A golpe de zapatillazo y de la voz, pareció hacer un sobreesfuerzo que la nobleza y bondad del toro no exigió. Se atascó con los aceros, cerrando un desafortunado paso por Bilbao.
Tras Iluminado, esa cumbre brava que fue el segundo, se apagaron un tanto las luces en el tercero. Estaba medido de fuerzas y esa falta de poder, de querer y no poder, le hacía embestir como descoordinado. Dejó estar el toro y Leo Valadez no se aburrió, insistió pero no en exceso, que en los tiempos que corren, se agradece, en faena de poco eco.
El castaño sexto también se llevó su ración de aplausos nada más asomar al ruedo y vino a completar una corrida de excelente presentación. Enseñó su calidad en los lances de recibo, con buen juego de brazos de Leo Valadez. La nueva banda de Vista Alegre, afinada que no atinada, ahora toca en cada tercio de banderillas, se precipitó y arrancó el pasodoble cuando Leo Valadez citaba al toro en los medios para el quite por zapopinas. No engañó el toro, embestidor, noble, permitió una faena larga del mexicano, de más disposición que lucimiento. Una faena abundante de muletazos, con algún logro suelto.
Bilbao, martes 22 de agosto de 2023. Toros de Fuente Ymbro, muy bien presentados, de imponente presencia, astifinos, de variado y buen juego en conjunto, sobresaliendo el segundo, un toro de clase superior. Miguel Ángel Perera, oreja y ovación con saludos tras aviso; Juan Leal, ovación tras aviso y silencio tras aviso; Leo Valadez, silencio en ambos; Entrada; Un cuarto de plaza. Saludó Curro Javier tras parear al primero. Se desmonteró en el quinto Marco Leal.