El palco

Política y Toreo

Rafael Comino Delgado
lunes 15 de junio de 2015

Cualquier persona que sea inteligente, decente y demócrata tendría que estar en contra de prohibir los toros, incluso aunque sea antitaurino. Cualquier antitaurino demócrata, que los hay, intentará que no haya toros, pero defendiendo sus ideas con la palabra, sin violencia, intentando convencer.
Siempre hemos dicho que El Toreo no tiene ideología política, que no quiere entrar en la Política, y eso es verdad, pero los políticos sí quieren entrar en el Toreo; como en todo, generalmente para enturbiarlo, para fastidiarlo.

Ya se han constituido los nuevos gobiernos de Ayuntamientos y Comunidades autónomas, algunos formados por partidos políticos antitaurinos. Con respecto a los Toros, los políticos pueden clasificarse en tres grupos:

a) Los que apoyan más o menos.

b) Los que no los prohibirán (no por falta de ganas sino por miedo a perder votos), pero pondrán palos en las ruedas para dejarlos morir por inanición; ya han dicho que nadie les verá en una plaza de toros. Más claro el agua.

c) Los que los prohibirán sin más.

Todos sabemos dónde se ubica cada cual, pues a lo largo de estos últimos años lo han demostrado con creces. Resumidamente, los partidos de izquierdas y los nacionalistas catalanes son más o menos antitaurinos, aunque los últimos realmente lo que son es antiespañoles.

Los del segundo grupo actúan según convenga en cada lugar y momento para no perder muchos votos. Digamos, ¡falsedad, hipocresía! Referente al tercero quiero decir, bien claro, que nadie, taurino o antitaurino, pero que sea decente y demócrata, jamás debería votarles, porque son antidemócratas, totalitarios y liberticidas, todo ello en grado superlativo, pero les han votado. Prohibir los toros es una aberración mental y social. Se puede aceptar que haya a quien no le gusten los toros, que haya antitaurinos, pero lo que no se puede aceptar es que los prohíban. Los antitaurinos activistas modernos, cuya característica principal es la agresividad y violencia de sus actuaciones, dicen que el Toreo es una actividad no ética y por eso los quieren prohibir, pero ignoran, porque les interesa ignorarlo, que la Ética es un tema filosófico; según su ética los toros son inaceptables pero según la ética de otros, de muchos millones de personas, de muchos grandes sabios e intelectuales, los toros son una actividad ética (así lo demuestra el catedrático de Filosofía de la Sorbona, de París, profesor Francis Wolff, entre otros muchos), y el principio fundamental, aceptado universalmente, es que cualquier ética debe respetar a las demás, pero ellos no respetan a los que pensamos diferente. ¿Por qué van a llevar ellos más razón que nosotros? Por otra parte, resulta sorprendente que hablen de ética para prohibir los espectáculos taurinos en una plaza, pero no se atreven a prohibir los festejos populares con toros en las calles, porque ello no sería aceptado por los ciudadanos. ¿Realmente saben lo que significa la palabra Ética? ¿Realmente tienen alguna Ética?

En mi opinión cualquier persona que sea inteligente, decente y demócrata tendría que estar en contra de esta prohibición, incluso aunque sea antitaurino. Cualquier antitaurino demócrata, que los hay, intentará que no haya toros, pero defendiendo sus ideas con la palabra, sin violencia, es decir, intentando convencer para que no vayan a las plazas de toros, pero jamás los prohibiría.

A estas alturas del siglo XXI, en un país que se dice del primer mundo, civilizado, no se puede prohibir un espectáculo artístico, simplemente porque a ellos no les guste. Esos antitaurinos prohibidores quieren humanizar a los animales irracionales lo cual, como dice el catedrático de Ética don Fernando Savater, es una barbaridad y, recuerden Vds., “aquellos que hoy quieren humanizar a los animales irracionales mañana querrán deshumanizar a los racionales”. Animalistas muy destacados de la Historia, y esto ya lo he dicho muchas veces, no tuvieron inconveniente en torturar y matar a millones de seres humanos mientras dictaban leyes para proteger a los animales.

Repito, aquel o aquellos que prohíban la Fiesta de los toros son personas muy peligrosas para la sociedad en general, porque serían capaces de hacer cosas mucho peores, por tanto no debemos aceptar que se prohíban los toros en ninguna ciudad, manifestándonos y levantando nuestra voz hasta donde y como sea necesario.

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