La pincelada del director

Resacón en los despachos

José Luis Benlloch
domingo 04 de agosto de 2013

Agosto. Bienvenido. Corazón de la temporada. Se aprieta el calendario de los taurinos. En realidad menos de lo que quisiésemos. Mucho menos. Se acerca el tiempo de cosecha y recolección, en el campo, en lo que ha quedado del campo, lo que ha dejado la política agraria de la UE y en la plaza, aquí cabría decir más de lo mismo, lo que va dejando la invasión cultural foránea. Lo propio frente a lo anglosajón. Un pulso que parece que vayamos perdiendo. No es xenofobia, es realismo y es dolor. El reajuste tantas veces reivindicado tras los excesos anteriores comienza a sonar excesivo. Pocos festejos, poca economía, mucha tunantería, escasa imaginación, demasiada retórica, se empeñan en el entorno, la conferencia, el pregón, la fiesta, la cultura (¿), le ponen nombres rimbombantes a la nada y se olvidan del contenido. Y un detalle clave, lo que más cuenta o lo que más resta en ese balance de urgencia, poca pasión, ahí me duele, los grandes, que los hay, no calan en la sociedad, nadie vende el colchón para verles y no es que lo recomiende, solo lo constato.

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