LA MEDIA

Roca Rey, el enemigo a batir

Gonzalo I. Bienvenida
miércoles 17 de abril de 2024
El peruano echó una tarde sensacional en Sevilla con la corrida de Victorino que muchos no quisieron ver pero el sol no se puede tapar con un dedo

No hay ninguna duda en afirmar que Roca Rey es la máxima figura del toreo en la actualidad. Es una realidad. Lo demuestra cada tarde en la taquilla, pero no solo. No es perfecto, ni su toreo pellizca. Lo que tiene es un nivel de compromiso por encima de la media, una entrega indiscutible, un amor propio inmenso. Su toreo se ha visto mejorado por el paso de los años, por los recios consejos de Roberto Domínguez, por la dulce sabiduría de José Luis Moreno.

No se valoró el gesto de anunciarse con la corrida de Victorino Martín. Dicen que la indiferencia fue la vendetta por su distancia con Daniel Luque. Lo cierto es que estuvo sensacional toda la tarde, incluyendo el brindis a su mentor: José Antonio Campuzano. Unas palabras de agradecimiento de torero a torero, de discípulo a maestro. La faena al quinto, después de las fatiguitas de Borja Jiménez en el pegajoso quite, fue de una madurez extraordinaria. Con claridad de planteamiento, poderosa, de ir ahondando en la dureza del Victorino que se terminó entregando.

Ir de menos a más con un ambiente tan hostil, sin que se arrancase la música -que es para analizar en otro momento la falta de criterio- ni que la afición reaccionara como debía, tiene un mérito extraordinario. Campuzano le dijo al devolverle la montera que Sevilla no le había querido ver ese día. Es el mandón del toreo, incómodo en muchas ocasiones, de los que arrasan cada tarde, que no busca caer bien pero que arrastra tanto público joven que en sí mismo hace un gran favor a la fiesta. Es el enemigo a batir.

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