El sábado se encabritó la información. Llovieron noticias, buenas y malas. De todos los colores, de todos los dolores. Una tempestad informativa. El pulso del toreo más vivo que nunca frente a esa naturaleza muerta que nos quieren imponer por decreto. Un toro le cortaba la racha al genial Morante en la revitalizada Huesca. Escenas muy duras, excelentes testimonios periodísticos traídos por la cámara de Julián López a aplausos.es que se desbordaba de visitas. El personaje, la crudeza de las imágenes y la falta de noticias durante las horas que duró la intervención generaba tanto interés como intranquilidad. Hay que decir que antes toreó con mimo y sentimiento, el que no aplicó el toro en cuanto pudo echarle mano. Para que luego digan de los artistas o de las figuras. El desacato corrió a cargo de un toro de los que en muchas ocasiones, por favor que no sirva como licencia, de los que en muchas ocasiones ninguneamos. En ese trance asumía su responsabilidad Ponce, seis toros al coleto con la suficiencia de un maestro tal cual hizo siendo un niño en su Valencia del alma. El de Chiva estuvo a la altura de las circunstancias, tiene fuelle y reaños -también carácter- para irse arriba. No es noticia, al fin y a la postre agosto siempre fue su mes. Íñigo Crespo le puso la letra a la tarde, rebuscó información, la encontró y la contó on line, diría que más pronto que nadie y sin más dramatismo que la realidad misma, Berlanga, a las teclas en la sala de máquinas, la servía al mundo. Toreo crudo y periodismo vivo.
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