La Pincelada

Seguimos en el alambre

José Luis Benlloch
lunes 24 de febrero de 2014

Estamos donde estábamos cuando nos hicimos el último propósito de enmienda, a la espera de que venga un tío vestido de luces y vaya recomponiendo lo que desbarata la maldita ciclogénesis

Llevamos todo el invierno metidos en una ciclogénesis taurina de las de aúpa, que si el Plan de Fomento de la Tauromaquia del que por cierto ya no se habla, que si el Grupo de los Cinco, que si Canorea, que si los pliegos, que si el concejal de El puerto, que si el oficial mayor de Zaragoza, que si el dolor de ver desfilar toros bravos, también vacas, en una procesión infinita camino de los mataderos, que si esta cierra, que si la otra recorta… y aún cabría ponerle un sinfín de puntos suspensivos más para demostrar, si es que hace falta, que estamos donde estábamos cuando nos hicimos el último propósito de enmienda, caminando por el alambre, tan jodidamente tocados como parece y a expensas de lo que pase en el ruedo, a la espera de que venga un tío vestido de luces y vaya recomponiendo lo que desbarata la maldita ciclogénesis taurina que a todos nos embarga.

Ya sé que esa no es una estrategia muy calculada ni rigurosa pero a estas alturas de la historia, la historia de toda la vida, no hubo nunca otro plan que diese resultado ni otra manera de escapar de la dichosa ciclogénesis o como se llame a los dichosos despachos. Así que un torero, SOS.

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