LA ENTREVISTA FINITO DE CÓRDOBA
(Foto: Arjona)(Foto: Arjona)

Una bomba dormida

José Luis Benlloch
domingo 27 de enero de 2013

Es torero en la más clásica de las acepciones, torero en la plaza y torero en la vida; tiene cuna, Córdoba nada menos; un sentido artístico de altos vuelos; la técnica de los grandes lidiadores; el carácter de las estrellas, cálido con los propios, agrio con los de enfrente y caprichoso con él mismo; gusta de lucir su planta, los antiguos le llamaban guapeza y viste el cargo como pocos; vivió años de deslumbrante plenitud y temporadas de exasperante conformismo; le envuelve una leyenda personal de bohemia y grandeza que le adjudica verdades y falacias que todos creen; fue capaz…

…de revolucionar a España entera y todo seguido cabrear al mundo mundial; es Finito, naturalmente, se estaba perdiendo en su aparente indolencia y como los toreros de leyenda ha bastado un guiño para que el planeta se ponga en posición se atención. Es una bomba dormida ¿quién asegura que no vaya a explotar?… A mí me gustaría y al toreo le vendría de perlas.

– “Después de doce años en la Casa Matilla piensas que alguien te puede llamar, uno en el mundo, por lo menos uno, proponiéndote un apoderamiento, ofreciéndote una corrida, pero no, no fue el caso y eso me descolocó. Te preguntas qué has hecho tú que no hayan hecho los demás o qué ha hecho otro que no seas capaz de hacer tú. Le das vueltas y vueltas y no encuentras una explicación

– “Sin mi trabajo en la tele todo hubiese sido más complicado y hasta hubiese podido caer en la decepción, entristecerme de una manera que no hubiese sido bueno para mí. Como comentarista he vivido muchas ferias y he disfrutado con los compañeros. Esa experiencia me ayudó mucho personalmente

– “Yo no entiendo el toreo como una tragedia aunque realmente exista esa posibilidad. El toreo es un arte y me gustaría que la gente que tiene la sensibilidad suficiente lo entendiese como tal

– “Yo he sido partidario de las broncas seguramente porque también disfrutaba mucho del éxito, las broncas ayudan a valorar los triunfos. De lo que no soy partidario es del voluntarismo, no me gusta el torero capaz de llevarse delante del toro el máximo tiempo posible por callar una boca o por el temor a que piten

Lea la entrevista completa en su Revista APLAUSOS

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