Esta tarde tomará la alternativa López Simón en plena semana de Farolillos de la Feria de Abril de Sevilla. Su padrino, Morante y Manzanares de testigo. Un cartel que ni soñado. “Cuando lo pienso asusta, pero confío en mis posibilidades y voy a salir a darlo todo. Sevilla es un marco incomparable, los dos son grandes figuras y la ganadería es una de las mejores”, asegura el joven de Barajas.
Atrás queda una carrera novilleril en la que el joven madrileño impactó por su acusada personalidad y por tener bien aprendido el oficio. Pero eso es ya pasado. Comienza para López Simón una nueva andadura en la que deberá seguir demostrando que es un valor que aporta frescura y personalidad al escalafón de matadores. Esta tarde, las dos figuras que tiene a su lado no se lo van a poner fácil, aunque añade con tono desafiante que “yo tampoco voy a salir a ponérselo fácil a ellos. La entrega es la principal arma, es la única que tengo en la cabeza cuando salgo a la plaza. Cuando un torero se entrega en cuerpo y alma con un toro, todo lo demás surge solo. No hay que llevar a la plaza nada hecho desde el hotel, porque luego las circunstancias lo cambian todo”.
La alternativa marcará un punto y aparte en su carrera. Es consciente que de esta tarde depende mucho el resto de la temporada. Hoy, es un volver a empezar para López Simón. “La vida y el toreo está llena de retos y lo bonito es asumirlos. Es verdad que de novillero no he destacado de la manera que me hubiese gustado y es normal que la gente no se acuerde de mí cuando sea matador de toros. Lo que debo hacer es triunfar porque sólo así el público se acordará de mi nombre. El aficionado sólo tiene memoria de las grandes faenas”, revela el torero.
Apenas hace dos años, López Simón era un novillero sin picadores más y ahora, va camino de convertirse en matador de toros. Una carrera efímera en la que ya ha sido capaz de plasmar su personalidad en los ruedos: “Tengo que pulir muchas cosas todavía, tengo miles de defectos. Pero en mi cabeza tengo hacer ese toreo vertical y aunque parezca mentira, porque muchas veces leo lo contrario en mis crónicas, me gusta despreocuparme del cuerpo y buscar la naturalidad. La verticalidad y bajar la mano, son dos de los aspectos de mi tauromaquia que más me llenan”.