No van a acabar con La Fiesta los antitaurinos, de seguir así pueden acabar con ella los profesionales del mundo del toro que van a matar la gallina de los huevos de oro…
La situación de La Fiesta Nacional pasa por momentos muy difíciles, creo que es una labor de todos intentar ayudarla para que no entre en esta dinámica negativa en la que se encuentra.
En primer lugar los Ayuntamientos y Diputaciones propietarias de las Plazas tienen que plantearse la realidad de la situación actual y obrar en consecuencia, reduciendo el canon y tributos que tienen que pagar las empresas y dando más facilidades al empresario para que el alquiler de la plaza sea algo más rentable.
En segundo lugar los apoderados de las figuras, que pretenden el toro chico y el billete grande. Esto es un grave error pues el aficionado que no ve emoción en el ruedo se aleja de las plazas. Este año se han dado casos de carteles con tres figuras y ha habido media plaza. Lo justo sería que los toreros cobraran de acuerdo a la gente que sean capaces de llevar a la plaza.
En tercer lugar los ganaderos que han ido suavizando la casta y el trapío de los astados, creando un toro a gusto de los toreros que no transmite emoción. Aquí también se equivocan los del sistema, pues mucha gente ha dejado de asistir a los toros por este motivo.
Yo recuerdo, hace ya bastantes años, haber tenido miedo en el tendido, miedo de lo que ocurría en el ruedo. La diferencia es que antes había que cuidarse del toro y ahora hay que cuidar al toro. Existe un torero que todos sabemos quién es, que revienta de público las plazas. Pregúntense ustedes por qué. Yo diría que porque transmite emoción.
Los males de la Fiesta están dentro de ella, y los abusos que algunos pretenden al final pasan factura. No van a acabar con La Fiesta los antitaurinos, de seguir así pueden acabar con ella los profesionales del mundo del toro que van a matar la gallina de los huevos de oro.
En conclusión, hay que pedir sentido común a todas las partes para que los toros vuelvan a ser como antes, emoción en el ruedo, eso es lo que hace que la gente vaya a la plaza.
